El coste laboral se dispara un 4% en el tercer trimestre
La inflación se modera en noviembre, pero hay un elemento que puede avivar los efectos de segunda ronda sobre los precios: los costes laborales, que influyen tanto en los costes de producción de las empresas como en el vigor de la demanda interna. Y los costes laborales se están acelerando, si bien todavía por debajo de los precios, con una subida del 4% anual en tercer trimestre del año, de acuerdo con los datos que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Los costes laborales por trabajador se incrementaron un 4% en el tercer trimestre del año, dos décimas más que en el trimestre anterior, hasta los 2.754,75 euros al mes, en promedio. Esta cifra queda un 7,8% por encima de los niveles previos a la pandemia, cuando el coste laboral se situaba en 2.553,62 euros al mes en el tercer trimestre de 2019, el último dato comparable.
El coste laboral cayó con fuerza durante la pandemia, con una bajada del 8,3% en el segundo trimestre de 2020 debido a la reducción de la carga de trabajo por los ERTE vinculados al coronavirus, pero se recuperó con fuerza el año siguiente, con un incremento del 13,2%. Y desde entonces ha seguido creciendo, aunque a ritmos más moderados, debido a la subida de sueldos, estimulada por la inflación, y la dificultad para encontrar determinados perfiles profesionales ha dado una vuelta de tuerca a la cifra.
Sin embargo, este incremento es muy desigual, tanto por comunidades autónomas como por sectores. En concreto, Baleares lidera el incremento de costes laborales, con un alza del 12%, seguida de Canarias (10,1%), Extremadura (6,1%) y Comunidad Valenciana (6%), mientras que País Vasco y Murcia muestran incrementos más moderados (1,7%), junto con Madrid (2%).
Por sectores, en cambio, el mayor incremento se produce en la hostelería (19,1%, aunque en gran medida por el incremento de las horas trabajadas), seguida de las actividades inmobiliarias (9,9%), otros servicios (9,5%) y educación (7,6%), todos ellos por encima del último dato del Índice de Precios de Consumo (IPC), mientras que la información y las comunicaciones quedan más rezagadas (0,3%), junto con las actividades financieras (1,3%), las sanitarias (1,8%), el suministro de energía y las actividades profesionales y técnicas (1,9% en ambos casos).
Esta cifra queda, para la mayoría de los sectores, por debajo del incremento de los precios, lo que se traduce en una pérdida de poder adquisitivo que debilita la demanda interna. Sin embargo, al mismo tiempo, la subida de los costes laborales retroalimenta esta espiral inflacionista, ya que redunda en un mayor coste de producción que se irá trasladando a los precios de consumo en los próximos meses, prolongando las subidas de precios y avivando, a su vez, las tensiones salariales en el futuro.
La fuerte subida de los costes laborales eleva los costes de producción y realimenta el IPC