La cena de Nochebuena más cara
En las tres semanas transcurridas de diciembre, los alimentos más típicos de las fiestas se han encarecido un 8,2%, con alzas del 44% en las almejas, del 33,6% en los percebes o del 20,7% en el besugo, según la OCU.
Tras la pesadilla de 2020, el fantasma de las Navidades pasadas siguió siendo el Covid, cuya variante Ómicron amenazó en 2021 con aguar la celebración de las fiestas a los españoles. En 2022, libres ya del corsé de las restricciones de aforo en las reuniones familiares (aunque el virus sigue campando), otro espectro sobrevuela las Navidades presentes: la crisis inflacionista, que ha disparado los precios de los alimentos provocando que los españoles se enfrenten a las celebraciones navideñas más caras de la historia. El coronavirus no impedirá hoy las reuniones numerosas en la tradicional cena de Nochebuena, pero la escalada de los precios hará que la factura del menú típico sea mucho más abultada. Como muestra, un botón: una cena para diez comensales con unos entrantes compuestos por un kilo de jamón ibérico de cebo, otro de almejas y un kilo de langostinos, así como un principal con cuatro kilos de besugo, cuesta este año alrededor de 341 euros (34 euros por comensal), un 8,4% más que en 2021, a pesar de que entonces los precios ya habían subido con fuerza.
Y eso sin contar la bebida: el vino se ha encarecido un 9% este año, la cerveza rubia un 10,6%, y brindar con cava es alrededor de un 10% más caro, mientras que productos tan clásicos de estas fechas como los polvorones y el turrón, imprescindibles en las mesas de las familias españolas, se han disparado en torno a un 30% y un 8%-10%, respectivamente, dependiendo de las calidades. Esas subidas reflejan (aunque no lo recogen en su totalidad) el incremento de costes sufrido por la industria, con encarecimientos superiores al 50% en el caso del azúcar o del 37,6% en el de las harinas, ingredientes esenciales para la fabricación de dulces.
La cena de Nochebuena y la comida del día de Navidad se han convertido así en una escarpada cuesta arriba, en la que a los incrementos coyunturales de precios habituales por estas fechas se ha sumado este año el carrusel alcista de la inflación. En su tradicional observatorio de precios de los alimentos más típicamente navideños, en el que recoge una quincena de productos desde hace varios años, la OCU ha constatado que en apenas tres semanas el precio de esos alimentos se ha encarecido en conjunto un 8,2%, aunque con subidas astronómicas en el caso de las almejas (un 44%), los percebes gallegos (+33,6%) o el besugo (+20,7%). Por contra, en lo que va de diciembre se han abaratado los langostinos (un 4,5%), la pularda (-3,1%) o la piña (-7,8%).
Si la comparativa se hace con el año pasado, la subida promedio es del 4,2%, pero hay que tener en cuenta que los precios escalan desde cimas muy altas, ya que la subida media en 2021 fue del 10% coincidiendo con las menores restricciones por la pandemia y el resurgimiento de las celebraciones. “Si ya en 2021 asistimos a un comportamiento claramente inflacionista en los precios navideños, este diciembre de 2022 los productos típicamente navideños están aún más caros”, señala la OCU, cuyo informe recopila precios de súper, híper, grandes almacenes y mercados municipales de diez ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao, Zaragoza, Murcia, Valladolid y Albacete.
El menú navideño es también significativamente más caro que en 2019, antes de que la pandemia confinara la tradición, con un alza media del 11%. Desde entonces, las angulas se han encarecido un 48,9%, hasta unos prohibitivos 1.183 euros por kilo; un 26,2% las ostras; un 22,5% el cordero lechal, o un 20,7% la pularda.
Pero hay que echar la vista más atrás para observar la magnitud alcanzada por la subida de los precios y descubrir por qué hablar de la cena navideña más cara de la historia no es una frase hecha. Entre 2015, año en que la economía se encontraba en plena recuperación tras la crisis financiera (el PIB creció un 3,8% ese año) y 2022, los precios de esos quince alimentos navideños se han disparado un 45% en promedio, según la OCU, liderados por las almejas, que se han encarecido un 122%; el besugo, que lo ha hecho más del doble (+109%); las angulas (+83%); las ostras (+63%), el cordero lechal (+55%), o la merluza (+47%).
En otras palabras, repetir las comilonas de las Navidades pasadas implicaría un incremento considerable del gasto. Sin embargo, tras meses de subidas de precios ininterrumpidas, que han disparado el alza de los alimentos a cotas históricas (un 15,3% en noviembre, según el último IPC), muchas familias no están en condiciones de acometer ese gasto extra. De hecho, según una reciente encuesta de Funcas, el 69% de los españoles preveía gastar este año en Nochebuena lo mismo que el año pasado, mientras que ese porcentaje se eleva al 75% en el caso de la comida de Navidad. Esto es, “la previsión de gastar lo mismo que el año pasado implica que, dado el impacto de la inflación, las mesas serán, en general, más austeras”... “o menos espléndidas”. Y aun eso no será fácil. Incluso prescindiendo de lujos y caprichos, celebrar las fiestas con alimentos básicos o de primera necesidad no es precisamente barato, teniendo en cuenta que los huevos suben un 27,1%; el aceite de oliva, un 25,9%; las pastas, un 21,5%; las patatas, un 20,5%, o el arroz, un 15 ,3%.
El menú navideño es un 11% más caro que antes del Covid y se ha disparado un 45% desde 2015