Joyas sencillas, atemporales y de sabor geométrico
La visita a un museo o a una colección de arte es siempre una experiencia subjetiva, errática, influida por circunstancias tan diversas como el estado de ánimo, las noticias del día o la climatología. La soledad y las horas del almuerzo acompañadas por una mente abierta y algo distraída, sin que el tiempo dedicado sea demasiado largo ni corto, suelen ser opciones infalibles. No aconsejo que la visita se guíe por un fin predeterminado, pero si lo que el espectador busca es la experiencia diferente de lo inesperado y lo imprevisible, recomiendo visitar las exposiciones temporales del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Es difícil que fuera del espacio público de un museo avanzado como este, puedan verse exposiciones curatoriales, abiertas al arte latinoamericano de ahora, al arte emergente, a la fotografía, a las instalaciones, a lo que está sucediendo con el arte de otras culturas y de otros continentes. Un museo hecho a sí mismo, sin distancias, en el que el entusiasmo de los comisarios y coordinadores se contagia fácilmente al público. Un museo de la diversidad y de las curiosidades, donde cabe todo y nada impera. El Reina es en parte el Pompidou o el MoMa español, pero también una mezcla explosiva del Palais de Tokyo y la Tate Modern. Recorreremos las ultimas exposiciones.
La exposición Margarita Azurdia. Margarita Rita Rica Dinamita es la primera monográfica en Europa dedicada a la guatemalteca Margarita Azurdia (1931-1998), una de las artistas centroamericanas más emblemáticas del siglo XX. La muestra ahonda en su trayectoria con un recorrido por una extensa producción que abarca pintura, escultura, arte textil y arte no objetual, así como libros de la artista elaborados con dibujos, collages y poemas. Desde una mirada retrospectiva, la exposición permite adentrarse en el panorama del arte moderno y contemporáneo de Guatemala, las metamorfosis creativas de la artista, las formas geométricas, las pinturas escultóricas, las esculturas de mármol móviles, la exploración de la danza, las ideas del cuidado y la sanación vinculadas con la naturaleza y el medioambiente. Muchas de las inquietudes del arte actual fueron anticipadas por esa artista que tan bien refleja el sincretismo cultural y religioso que impregna la historia de Guatemala y la modernidad disruptiva del arte latinoamericano de finales del siglo XX.
Un acto de ver que se despliega propone una aproximación a la Colección Susana y Ricardo Steinbruch. Esta colección constituye un importante acervo de diferentes temporalidades y geografías centrado, sobre todo, en la contemporaneidad latinoamericana –especialmente brasileña– y en las prácticas artísticas que tuvieron lugar en Europa del Este durante la segunda mitad del siglo XX. Esas relaciones y cruces entre artistas aparentemente distante en lo geográfico.
Genealogías documentales. Fotografía 1848-1917 parte de la premisa de que las ideas e iconografías utilizadas para representar la vida cotidiana de la clase trabajadora –las cuales constituirán en la década de 1920 el género documental, una forma específica de poética fotográfica y cinematográfica– ya estaban latentes o activas en la cultura visual de la década de 1840 con las relaciones de clase y la imagen de los trabajadores –las “identidades subalternas”– en la fotografía. La función documental del arte se revela entonces como algo tan antiguo como la fotografía misma. La exposición cierra un ciclo iniciado en 2011 en el Museo Reina Sofía con las exposiciones Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939 y continuado en 2015 con Aún no. Sobre la reinvención del documental y la crítica de la modernidad. Ambas construyeron un relato alternativo de la configuración y evolución del discurso documental en la historia de la fotografía, a partir del estudio de casos en momentos decisivos del siglo XX.
Distancia sin medida recorre la trayectoria de Manolo Quejido (Sevilla, 1946) y nos introduce en el poliédrico corpus que Manolo Quejido ha ido generando a lo largo de su extensa carrera significada por el rigor critico de sus investigaciones plásticas La muestra incluye cerca de cien obras tanto de los primeros trabajos del artista, de experimentación geométrica y poesía concreta en los años sesenta, como la pintura a partir del pretexto de la vida cotidiana, o la producción pictórica que ha venido realizando en las siguientes décadas y su estado “de mediación generaliza” en la que el autor se ha visto inmerso ante el apabullante “imperio de consumo” de objetos e imágenes y que caracteriza las últimas décadas del siglo XX: ofertas de supermercado, de papel de periódico y fotografías de prensa. Las obras expuestas no sólo permiten al espectador repasar la evolución de Quejido, sino también tomar conciencia de su carácter radicalmente crítico y de la lucidez y rigor de sus investigaciones sobre las posibilidades plásticas de la pintura. Un pintor que ha transitado desde la nueva figuración madrileña –aunque siempre ha estado fuera de los encasillamientos– hasta un cromatismo que en ocasiones se manifiesta en expresiones geometrizantes y otras a través de un alfabeto propio de representaciones líquidos como en series de agrupaciones de personas o de bañistas que recuerdan a los de Cézanne en proceso de deconstrucción.
Realizada en plata vermeil, chapada en oro de 18 quilates y piedras semipreciosas, la nueva colección de joyas de Belén Bajo es ideal para regalar esta Navidad. Todas las piezas se han fabricado de forma artesanal en su taller de Córdoba y todos sus materiales son auténticos y adquiridos de forma segura y sostenible. Bajo apuesta por unas formas atemporales, sencillas y con un cierto sabor geométrico.