El INE acentúa la ralentización económica
El INE ha revisado a la baja el crecimiento del PIB del tercer trimestre, al dejarlo en un 0,1% frente al 0,2% del avance de octubre. No entra en negativo todavía, pero reduce mucho su crecimiento respecto al segundo trimestre, especialmente en el consumo de los hogares y la inversión. El consumo se queda en un 0,1%, cuando en el avance se estimó un 1,1%, un punto menos, ante la pérdida de poder adquisitivo de las familias por la inflación y el encarecimiento del crédito. Empeora su crecimiento en 1,6 puntos respecto al segundo trimestre. La inversión cae un 0,1%, bajando 7 décimas sobre el dato avanzado en octubre y 3 puntos peor que el segundo trimestre.
El crecimiento está sostenido artificialmente por el gasto público, que crece un 1,4%, 8 décimas más que en la revisión y 2,8 puntos más que el trimestre anterior, lo cual señala que la economía no está generando actividad productiva real, sino mediante el artificio del gasto público, que se desmoronará cuando se imponga la ortodoxia fiscal. Tenemos una economía anestesiada, sin fuerza, sustentada sobre unos débiles cimientos, que son los que proporciona un nivel de gasto público imposible de mantener durante mucho tiempo más.
La vivienda cae un 0,6%, 5 décimas peor que en el dato de avance y 7,9 puntos menos que el trimestre anterior, que al actuar como indicador adelantado muestra que la tendencia de la desaceleración es, lamentablemente, una realidad. Los bienes de equipo caen un 0,2% trimestral, 1,5 puntos peor que el dato de avance y 2,2 puntos menos que el trimestre anterior, lo cual denota un empeoramiento de expectativas.
La demanda nacional se queda en un 0,5% de crecimiento trimestral, con una revisión a la baja de 6 décimas sobre el dato de octubre y de 4 décimas respecto al trimestre previo. En cuanto al sector exterior, se desaceleran las importaciones, por pérdida de renta de los consumidores españoles. Crecen 7 décimas menos que en el dato de avance. Las exportaciones, aunque mejoran 2 décimas sobre el dato de avance, crecen 3,9 puntos menos que el trimestre anterior, por pérdida de renta extranjera y de competitividad derivada del alza de costes para nuestras industrias, especialmente las intensivas en energía.
Por sectores, mejora la agricultura, pero porque en la revisión empeora mucho el dato del trimestre anterior. La industria cae un 0,1%, frente al crecimiento del 0,1% del dato adelantado y 1,9 puntos peor que el trimestre previo. La construcción crece un 0,1%, un crecimiento 2,6 puntos inferior al del trimestre previo, concordante con la ralentización en el dato de viviendas visto por el lado de la demanda. Los servicios se quedan en un crecimiento del 0,2%, que es medio punto inferior al del dato adelantado y 2,2 puntos menor que el del trimestre anterior. Que el principal sector de la economía sufra esta parada impacta de manera muy importante en toda la actividad económica.
Comercio y hostelería son también revisados con fuerza a la baja, al quedarse en la mitad de lo que crecían y hacerlo sólo un 0,7% frente al 1,3% del dato de avance, casi cinco puntos peor que el del trimestre previo, mientras que el ocio son revisadas a la baja en 8 décimas, casi cuatro puntos menor que el del trimestre anterior.
Gasto público
Interanualmente, el incremento del dato de PIB se debe al mayor gasto público, que mejora 7 décimas sobre el dato de avance, mientras que el consumo de las familias se deteriora 1 décima y la inversión empeora 4 décimas, con el crecimiento interanual de los bienes de equipo rebajado en 1,8 décimas. Una vez más, el gasto público sostiene artificialmente a la economía.
En el plano laboral, cae el empleo en horas efectivamente trabajadas un 0,1% respecto al trimestre anterior (empeora 1,2 puntos). No hay más empleo real, sino que se reparte el que existe, trabajando menos horas, con moderación en términos anuales, 2,3 puntos respecto al trimestre anterior, que en la industria son 1,3 puntos menos y en los servicios son 3,1 puntos.
La productividad disminuye su crecimiento en 8 décimas y por hora trabajada en 3,1 puntos, con aumento de los costes laborales unitarios un 0,7%, 1,2 puntos mayor que el del trimestre anterior. Esta pérdida de productividad empeora la competitividad de nuestra economía, también las ventas y, en definitiva, tanto la actividad económica como el empleo.
Se confirma así la importante desaceleración fruto de la política económica equivocada del Gobierno de aumento del gasto, mayores impuestos, elevación de déficit y deuda, e inseguridad jurídica, sin haber recobrado aún los niveles de actividad económica real previos a la crisis del Covid. En todo caso, no perdamos la esperanza, al tiempo que aprovecho para desear una muy feliz Navidad a todos los lectores.
La economía está anestesiada, sin fuerza, sustentada sobre unos débiles cimientos