Es el momento del dividendo en la banca
Recién iniciada la temporada de resultados, todo apunta a que cuatro de las seis mayores entidades bancarias españolas lograrán beneficios récord este año. Así, el consenso estima beneficios en el entorno de 9.400 millones para Santander, 6.400 millones para BBVA y 3.000 millones para CaixaBank, y este jueves Bankinter publicó sus cuentas con un beneficio atribuido de 560 millones (+28% comparable), superando las expectativas. La mejora de resultados, empujados por la subida del margen financiero resultante de la subida de tipos, se traducirá en una mayor remuneración vía dividendo, resultado de dos factores directos y uno indirecto: los directos son el aumento del beneficio atribuido, por un lado, y la subida de las políticas de pay–out por otro. El segundo resulta del aumento del beneficio por acción derivado de la recompra y amortización de acciones, que añade un plus al crecimiento al beneficio y también se traslada a la remuneración del accionista. Las tres entidades que en 2021 y 2022 acudieron a este mecanismo de remuneración fueron BBVA, Santander y CaixaBank. Sobre la base de las estimaciones para 2023, en el momento actual el top de rentabilidad entre los bancos oscila entre más del 7% de BBVA, y el 6% que rondan Unicaja y CaixaBank. En general, el mercado es cautamente optimista respecto de una mejora de las cotizaciones, que en los últimos cuatro años han estado deprimidas por el bajo crecimiento y por la eliminación del dividendo de 2020 por la pandemia. El regulador sigue mandando mensajes de prudencia respecto del reparto de dividendos y en este sentido el gobernador del Banco de España ha alertado de señales de deterioro de la calidad de los activos. Pero también es verdad que la banca ha hecho sus deberes y tiene buenas ratio de capitalización y liquidez, con la morosidad a raya. Las estimaciones de resultados para 2023 son en todos los casos al alza por el efecto gradual del aumento de la rentabilidad de la cartera crediticia por los mayores tipos. y disponer de sus propias flotas de camiones y de trenes para distribuir el producto a los grandes mercados de Occidente. España no se libra de este dominio, que permite a estos gigantes europeos y orientales actuar sobre toda la cadena de formación de precios y adoptar una posición de fuerza en su interlocución con las autoridades nacionales. El oligopolio marítimo se ha convertido en un fenómeno que ha llamado la atención de Naciones Unidas (ONU), organismo para el que sería necesario aplicar un mayor intervencionismo que evite que esta creciente integración horizontal, mediante adquisiciones, y vertical altere el funcionamiento del mercado. Con el paso del tiempo, la cadena logística se está quedando en manos de pocas corporaciones que, además, están aliadas entre sí. El 80% de los tráficos que conectan el este y el oeste del planeta está operado por tres grandes alianzas estratégicas que no están sometidas al control de ningún organismo supervisor nacional o internacional.