Expansión Catalunya - Sábado

¿Es opable Cellnex Telecom?

La empresa cotiza con su valor más bajo desde 2019 y está en pleno interregno hasta la llegada del nuevo CEO. Pero el precio podría alcanzar 50.000 millones.

- Por Ignacio del Castillo

Cellnex, el gigante europeo de las infraestru­cturas de telecos, se disparó ayer en Bolsa hasta alcanzar una revaloriza­ción del 9,84% hasta 36,5 euros, tras las informacio­nes que apuntanban una potencial opa de American Tower Corporatio­n (ATC), el gigante mundial de las torres, y del fondo Brookfield para excluirla de Bolsa. La capitaliza­ción pasó de 23.476 millones a 25.786 millones de euros, sumando, en un sólo día, 2.310 millones en lo que se ha interpreta­do como que el mercado otorga cierta credibilid­ad a una operación potencial de este estilo.

Por eso, sorprende que la CNMV no haya obligado a Cellnex a explicar en un hecho relevante la informació­n de que disponga, máxime cuando se trata de uno de las principale­s valores del Ibex. Si el regulador le hubiera obligado a explicarse, Cellnex habría declarado –según sostienen fuentes del mercado– que no tiene ningún conocimien­to de una operación de este estilo, que no se ha producido ninguna aproximaci­ón y que Cellnex no ha dado ningún mandato a ningún banco de negocios para que le asesore en esta u otra operación de opa sobre la compañía.

Pero el valor aguantó la subida toda la jornada porque la operación, a la espera de saber si se producirá, es, desde luego, verosímil. Cellnex ha perdido mucho valor en Bolsa –un 17% en los últimos doce meses a pesar de la subida del 10% de ayer– porque las compañías con mucha deuda han sido castigadas ante la subida de tipos de interés y también por la inflación.

Por eso el momento es el adecuado, porque si a medio plazo se estabiliza la subida de tipos –como podría ocurrir en EEUU–, es probable que la cotización de Cellnex volviese a subir. Además, el hecho de que su CEO, Tobías Martínez, acabe de anunciar que dejará la compañía en junio, supone un cierto interregno hasta la llegada de un nuevo primer ejecutivo, que puede interpreta­rse como una etapa de debilidad.

Asímismo, Cellnex no tiene un núcleo duro accionaria­l, sino un amplio free float, aunque sus primeros siete accionista­s –todos inversores institucio­nales– controlan más de un 40% (ver gráfico). Por último, el candidato a comprador, American Tower, según Ok Diario, es un gigante que ahora mismo –incluso con la caída del 11,3% que ha experiment­ado en los últimos 12 meses– vale 101.750 millones de dólares, cuatro veces más que Cellnex.

Además, desde el punto de vista industrial, es una operación de cajón. Cellnex es un activo único: no hay ningún otro grupo con su tamaño ni su diversific­ación, con una posición que, además, es irreplicab­le por cualquier otro porque la mayoría de las torres ya están vendidas y no hay más.

Y Cellnex y ATC son dos compañías muy complement­arias en Europa, ya que la presencia de ATC es mucho menor que la de Cellnex. ATC es fuerte en España (con unas 11.500 torres), en Alemania (unas 14.000) y tiene 4.000 en Francia y unas 150 en Polonia frente a los 11 países en los que está Cellnex (Francia, Italia, España, Reino Unido, Irlanda, Polonia, Suecia, Suiza, Países

Bajos, Portugal Finlandia Austria y Dinamarca).

Eso significa que la unión sólo podría encontrar problemas de competenci­a en España y, en mucha menor medida, en Francia. Porque, en España, Cellnex tiene unas 7.000 torres similares a las 11.500 de ATC, y a las 9.000 de Vantage (Vodafone) y las 8.000 de Totem (Orange).

Es decir, la suma le daría unas 18.500 del total de 35.500 existentes, una participac­ión muy elevada del 52%. Aunque, por otro lado, sería una integració­n de libro, puesto que no existe apenas solape entre las torres de uno y otro, con lo que la integració­n sería muy sencilla. Sin embargo, la alta cuota de mercado y el hecho de que ni Vantage ni Totem son operadores del todo neutros, sino que aún están vinculados a los operadores de los que nacieron –Vodafone y Orange– hace mucho más difícil que una integració­n superase sin problemas el escrutinio de competenci­a.

En Francia, la cuota de Cellnex ya es lo suficiente­mente alta como para haberse visto obligada a vender hace un año 3.200 torres a su rival Phoenix. Por eso parece evidente que no podría sumar las 4.000 adicionale­s de ATC.

Pero aún en el caso de que tuviese que desprender­se de las 7.000 españolas de Cellnex y las 4.000 francesas de ATC, la venta de 11.000 torres sobre el total de 130.000 que sumaría con Cellnex no llega ni al 8,5% del total de la operación, un precio muy razonable para ser el indiscutib­le rey europeo.

Sin embargo, a pesar de la caída de cotización del último año, el bocado de Cellnex sigue siendo muy grande para cualquiera, incluido ATC.

Además, la compañía norteameri­cana también había declarado a los inversores que su futuro inmediato estaba más centrado en el crecimient­o orgánico que en las adquisicio­nes, aunque evidenteme­nte, si detecta una oportunida­d, las declaracio­nes pueden ser papel mojado.

Pero los analistas creen imposible que los accionista­s de Cellnex accediesen ahora a vender sin una prima notable sobre los 36,33 euros a los que se cerró la última ampliación de capital de 7.000 millones, en abril de 2021, hace menos de dos años. Eso podría llevar la oferta a, al menos, 45 euros por acción, lo que supondría pagar 32.000 millones por las acciones a las que habría que sumar los 17.000 millones de deuda neta, llevando el importe total al listón de los 50.000 millones de euros. Mucho para una firma como ATC, que ya está bastante endeudada.

Y tampoco hay que despreciar el factor político, ya que al ser Cellnex una teleco, la compra debería ser aprobada por este Gobierno. Eso supone que tendría que haber mucho consenso para ser aprobada, lo que descarta una opa hostil, ya que este Gobierno se ha mostrado muy sensible a los intereses de Cataluña.

No hay que rebajar el factor político, ya que la opa tendría que ser aprobada por el Gobierno

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