Quién es quién en el gigante español de la inversión alternativa
Con la cautela por bandera, la gestora que Claudio Aguirre y José Luis Molina constituyeron en 2004 se ha convertido en un peso pesado de la inversión alternativa que ha abierto el mercado global al cliente español.
El atrevimiento de dos profesionales de la banca de inversión, procedentes de Merrill Lynch y de Lehmann Brothers, se ha convertido, casi veinte años después, en el mayor grupo independiente de gestión de activos alternativos con pasaporte español, con una cartera valorada en alrededor de 17.000 millones de euros, y principal puerta de acceso al mercado internacional para el cliente local.
Cuando Claudio Aguirre y José Luis Molina botaron el barco y constituyeron en 2004 la que ahora es AltamarCAM Partners, no podían prever qué iba a ser de este proyecto y a dónde les transportaría. La primera oficina en Madrid estaba poblada por un equipo con apenas siete integrantes. Hoy, hay en torno a 300 empleados en plantilla repartidos por Madrid, Colonia, Barcelona, Nueva York, Santiago de Chile, Londres y Munich, y en tres divisiones: el bastión, que es la gestora de inversión, a la que se añaden Altamar Advisory Partners (desde donde se asesoran operaciones de corporate finance) y la agencia de valores Altamar Global Investments (para distribuir fondos de terceros).
Echar la vista atrás “impacta”, asegura José Luis Molina, consejero delegado global. El directivo se refiere al paso de los años para la organización, pero también a los cambios en la vida de muchos de los profesionales que se incorporaron cuando eran júnior y han hecho carrera en el grupo.
Progresión
Estos lazos fuertes y de largo plazo con el personal hablan mucho de la estrategia de AltamarCAM, que es, sobre cualquier otra cosa, “conservadora”, recalca Molina. Pese a poner el foco en los activos alternativos –los de mayor riesgo, por su iliquidez– y haber tenido una importante progresión –se lanzó con el foco puesto en el private equity y en la actualidad toca casi todos los palos: inmobiliario, infraestructuras, deuda…–, la gestora ha apostado siempre por la cautela, por “ofrecer productos ya testados”, hace hincapié.
La estructura pivota alrededor de tres áreas: la captación de recursos, la inversión de los fondos levantados y la operativa de servicio al cliente. También pesa la especialización por tipo de activo. Así, en el vértice de la organización y con un ángulo global del grupo, se sitúan los copresidentes, Claudio Aguirre y Rolf Wickenkamp, y el propio
La gestora se lanzó con el foco casi en exclusiva en el ‘private equity’
Hoy participa en activos como deuda, inmobiliario o infraestructuras
José Luis Molina. A partir de ahí, en el comité ejecutivo participan los encargados de las distintas áreas, incluidas las de advisory y distribución de productos de otros.
En España, componen el núcleo duro Ignacio Antoñanzas, Paloma Ybarra, Álvaro González, Pilar Junco, Marta Utrera, Elena González, Aldara Fernández de Córdova, Fernando Olaso, Miguel Zurita, José Epalza y Miguel Rona. Este despliegue de
efectivos y talento responde a la complejidad que la actividad de la entidad ha ido adquiriendo según se daban los pasos para adaptarse a la evolución del mercado y aprovechar las oportunidades.
La mayoría de estos movimientos eran imposibles de anticipar dos décadas atrás. “Ni siquiera teníamos visión multiestrategia”, admite Molina.
El sector se ha sofisticado mucho desde entonces y AltamarCAM con él. A la división primitiva de private equity, se agregó la de real estate en 2007, el primer programa de inversión secundaria en 2009, la alianza con Galdana para introducirse en el venture capital en 2015, año en el que también se sacó el fondo inaugural de infraestructuras, y, en 2017, el brazo de crédito y el de Alta Life Sciences.
La diversificación geográfica también ha acaparado parte de los esfuerzos de la gestora. “La crisis del euro nos hizo ver que no era bueno que todos los huevos estuvieran en la cesta de España”, afirma el consejero delegado. ¿La reacción? En 2011 se abrió oficina en Chile, a la que luego han seguido el resto.
Entre todos estos hitos, sobresale la absorción de la alemana CAM Alternatives en 2021. La operación permitió ganar envergadura y poner las bases para seguir adelante otros veinte años más, porque la industria de inversión alternativa aún tiene por delante “mucho recorrido”, concluye Molina.