Davos desata un cisma económico entre EEUU y la Unión Europea
El plan de EEUU contra la crisis desata fibias y fobias en la UE, que teme un error histórico en su política económica postpandemia, menos ágil que la americana.
La gran paradoja del Foro Económico Mundial de Davos, como todos los años, es que siempre se termina hablando más de los que no van que de los que sí van.
En la edición de 2023 –que acaba de clausurarse tras volver a la normalidad de su cita invernal una vez pasadas las restricciones de la pandemia–, la política económica del máximo mandatario de EEUU, Joe Biden –el gran ausente en Davos– ha ido monopolizando el evento, hasta el punto de abrir el melón de un polémico e histórico debate.
¿Las medidas económicas de EEUU tras la pandemia son mejores o peores que las que está usando la UE? ¿Cuales están obteniendo resultados más rápidos? ¿EEUU le está ganando la pospandemia a la UE?
Como todas las comparaciones, mirar lo que hace EEUU con respecto a lo que hace la UE siempre es odioso. Y por eso, Davos ha escenificado todo tipo de fibias y fobias ante dos políticas económicas que, aunque persiguen lo mismo, tienen planteamientos totalmente distintos.
Por un lado, EEUU ha lanzado el IRA (Inflation Reduction Act, o ley para reducir la inflación, en su traducción al castellano). En paralelo, la Unión Europea tiene el denominado Next Generation EU.
Ambos son colosales programas de impulso a la economía desde la Administración como nunca los ha habido desde la Segunda Guerra Mundial. Serían equivalentes a veinte planes Marshall juntos. El IRA de Estados Unidos está dotado con 369.000 millones de dólares. El Next Generation cuenta con 750.000 millones de euros.
Ya no valen lamentos
Una de las claves es que el IRA funciona vía créditos fiscales y el Next Generation funciona vía subvenciones directas de dinero. Esto ya supone la primera gran diferencia. Los créditos fiscales son mucho más rápidos que las subvenciones, sujetas a un lentísimo proceso de aprobación
El y concesión efectiva. Los créditos atraen más a las empresas y agilizan la inversión.
Por primera vez, en Davos los mandatarios han dejado de lamentarse de la situación económica tras el Covid y la guerra de Ucrania, como si fueran castigos divinos, y han empezado a ser críticos. Consigo mismos y con los demás.
La UE aprobó el Next Generation en verano de 2020. La palabra que lo define es “lentitud”. EEUU aprobó el IRA en verano de 2022, tiempo suficiente para seducir a las empresas y empezar a captar inversiones, provocando la envidia de Europa. La UE ahora no sabe si arremeter contra EEUU acusándole de proteccionismo, o reconocer que el Next Generation necesitaría, como poco, un rediseño.
Ante la sorpresa de muchos, el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez
hizo alusión al IRA americano en una entrevista con CNBC en Davos diciendo que “Europa puede aprender de la ley de Biden”. Sánchez dijo lo que muchos piensan, aunque el discurso oficial sea otro.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, desde Madrid, ha dicho esta semana que el IRA “tiene poco que ver” es una máquina de subsidios a empresas que crea una “brecha competitiva” y atenta contra normas de la OMC.
El comisario de Economía de la UE, Paolo Gentiloni, desde Davos, reconoció que ve “una mayor desventaja competitiva para la industria de la UE en los precios de la energía que en el IRA, restando así importancia a los ataques a esta ley.
Sin embargo, el vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, también en Davos,
ironizó sobre el IRA, diciendo que no lo ve como un mero “descuido” por parte de EEUU. Daba a entender que Biden sabía el impacto negativo que podría tener para el mercado europeo, que ve con resignación como las empresas están encandiladas con el IRA, por su “previsibilidad”, como dijo en Davos Ana Paula Marques, CEO de EDP España.