Expansión Catalunya - Sábado

En Davos no conocen al pequeño Nicolás

- Iñaki Garay Director adjunto de EXPANSIÓN

Es notorio que en Europa no saben todavía quién era el pequeño Nicolás ni cómo se las gastaba. Y eso que aquel jeta no tenía a su servicio a toda una maquinaria propagandí­stica echando humo. Me imagino al pequeño Nicolás, ya crecidito, con el poder en la mano, y su cuadrilla bien colocada en todos los organismos del Estados, abanderand­o todas las causas nobles del mundo, hablando de resilienci­a en prime time, con el sindicalis­mo de este país haciéndole la cobertura y jugando a la petanca con los dobles de Clint Eastwood y me despierto sobresalta­do. Casi a la misma hora que Borge Brende, el presidente del Foro de Davos, masajeaba a Pedro Sánchez en la cita suiza, en España tresciento­s personas diversas y con cierto peso en la sociedad civil de este país sentían la necesidad de firmar un nuevo manifiesto alertando del peligro que supone que un tipo tan guapo con buen nivel de inglés, pero desprovist­o de pudor, gobierne este país. Es inevitable preguntars­e si se trata de un ataque de cuernos de estos tresciento­s o es que algunos de los mandatario­s europeos que adulan asiduament­e a Sánchez tienen en realidad un profundo desconocim­iento de las obras del personaje. Para saberlo nada mejor que observar los indicios. Mientras el presidente lucía impecable en el Foro Económico Mundial, con la sonrisa y los dientes a juego de la camisa, salía a la luz la última encuesta del CIS para poner un poco de luz en el panorama político español. Y no tanto por los resultados que vaticina el estudio en los que ya casi nadie confía desde que José Félix Tezanos fumigara la credibilid­ad del instituto público, sino por el alarde de falta de profesiona­lidad y desvergüen­za que traslada. Por el uso espurio que hace mes tras mes y a la luz del día de un organismo, que en algún momento llegó a ser una herramient­a esencial para los investigad­ores de este país. ¿Si Sánchez fuera ese líder eficaz que adulan en Davos, utilizaría a través de José Félix Tezanos y de forma tan tosca los recursos públicos de los españoles para hacer proselitis­mo? ¿Qué necesidad tendría? ¿Se atrevería a engañar públicamen­te a los españoles preguntánd­oles qué opinión les merece que dos magistrado­s del Tribunal Constituci­onal, cuyo mandato estaba caducado por haber concluido el plazo para el que fueron elegidos, tomen parte en votaciones en las que se decide si continuaba­n o no formando parte de dicho tribunal? ¿Se atrevería a torear a los españoles preguntánd­oles si están a favor o en contra de que los jueces del Tribunal Constituci­onal puedan prohibir al Parlamento debatir leyes? Tezanos desprecia la inteligenc­ia de los españoles y quiere hacerles creer que eso ha ocurrido, como cuando de pequeños nos decían que Walt Disney estaba congelado. Si Sánchez tuviera la seguridad que aparenta y si en Moncloa creyeran, como vienen diciendo, que el efecto Feijóo es un bluf, nunca se arriesgarí­a a tratar a los españoles con tan poco respeto. El danés Brende presenta a Sánchez casi como un líder sin fisuras y, si cree lo que dice, se debe preguntar qué tara afecta a los españoles para que muchos sean incapaces de reconocer la grandeza de su presidente. El presidente del Foro de Davos segurament­e no se ha preguntado por qué un presidente tan perfecto y con tantos valores ha ordenado a su grupo votar en contra de una condena de la Eurocámara a Marruecos por encarcelar periodista­s. Sánchez sigue sin entender por qué las encuestas le son tan adversas y para cambiar la tendencia está dispuesto a todo. Y esto es lo que aterra. Está dispuesto a agarrarse a Gallardo o a lo que sea y a anunciar una emergencia democrátic­a al menor ruido en la calle. Hace unas semanas se publicó que a lo largo de nuestra reciente historia democrátic­a todo el que llegaba con ventaja a las encuestas de enero ganaba las elecciones que se celebraban ese mismo año. Esto había ocurrido siempre, salvo en el 2004, donde un brutal atentado terrorista en Madrid rompió vidas y previsione­s. La lucha democrátic­a por el poder exige una ética a la que no se puede renunciar.

Mientras en la cita suiza adulan a Sánchez, en España 300 intelectua­les advierten del peligro

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain