Cuarenta y un minutos con Luis Paret
Tecnología de localización espacial en el Museo del Prado.
La tecnología aplicada al arte la vemos a diario en su máxima expresión a través de obras NFT que baten récords de precio en subastas o en la inteligencia artificial que devuelve la vida a la Mona Lisa, pero también en cosas tan sencillas como las audioguías, las redes sociales, los QR, las tablets o las visitas virtuales como las surgidas durante la pandemia (iniciativas que deberían optar a un Nobel, si no de las Artes, de la Paz en los hogares...).
Ahora, desde el Museo Nacional del Prado, abren una nueva relación entre tecnología y cultura, a través de la localización espacial en interiores “con la que se maximizará la seguridad del espacio cultural y la toma de decisiones de manera inmediata”. La gestión de personas se ha convertido en uno de los grandes retos de los museos y no sólo por evitar masificaciones tras el Covid, sino también por cuidar y conservar las obras que contienen y mejorar en todo caso la experiencia del visitante. Así jutificaba el Louvre la semana pasada limitar su capacidad diaria a 30.000 personas.
En el Prado arrancan con una prueba piloto junto a la tecnología soocial by Zonyx, que aporta información en tiempo real y de alta precisión sobre la localización en el espacio y que además integra una aplicación que permitirá llevar un control al instante sobre el uso del espacio analizado. Gracias a ella, saben cuántas personas hay delante de un cuadro, cuánto tiempo se destinan a su estudio, cuáles son las obras de más o menos interés y el recorrido que se sigue, que aunque normalmente ha sido dispuesto por el comisario, puede variar si encontramos algún embotellamiento.
La prueba la hicieron con la exposición de Luis Paret del pasado mayo. Descubrir a este coetáneo de Francisco de Goya, quien eclipsó toda su obra del siglo XVIII, requiere exáctamente 41:19 minutos, recorrer una distancia de 118,55 metros a una velocidad de 2,4 metros por minuto, aunque en grupo, un poco menos. Sábados y domingos, los días de mayor tráfico; la hora punta, las 10:00 de la mañana; las de menor afluencia, las 12:00 y las 19:00 horas.
Avances
“Relacionar la información de las diferentes exposiciones nos permitirá conocer los tiempos esperados de visita por obra en función de su ubicación dentro de la exposición, saber si funciona el discurso expositivo o no; si la gente se lee las cartelas; si la atención se mantiene, crece o decae; incluso el comportamiento del público frente a una escultura o una pintura, en un plano un poco más sofisticado, que en cuestiones de seguridad también es importante”, explican desde la pinacoteca. “Toda está información se obtiene en tiempo real, lo que permite controlar el aforo por sala en directo y, por tanto, asegurar la distancia de seguridad. En salas de gran concurrencia te permite redirigir el flujo y crear itinerarios alternativos para recorrer las salas”, añaden desde Zonyx que con experiencia sobre todo en el ámbito deportivo, debutan ahora en el arte.
Aunque se estudia su instalación en todo el museo, por el momento se ha arrancado con una muestra en la zona de ampliación, más moderna y donde la instalación de sensores resulta más fácil. Hacerlo en un edificio protegido como es el principal será más complicado. El Museo Arqueológico de Alicante trabaja en ello y el Thyssen-Bornemisza podría sumarse también. ¿Podremos saber cuánto tiempo dedicamos a Las meninas de Velázquez o quién es el maestro del impresionismo con más seguidores? A la espera de la mejora de experiencia en el Louvre, en la masificada sala de La Gioconda solo se puede estar unos segundos.