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Cómo piensan los países del G7 dañar la bonanza petrolera de Rusia

LA GUERRA ENERGÉTICA ENTRE OCCIDENTE Y RUSIA/ Los líderes de los países más industrial­izados quieren que las compañías asegurador­as se encarguen de aplicar un mecanismo de limitación del precio.

- Sam Fleming/Ian Smith/ Tom Wilson.

El objetivo propuesto el martes por los líderes del G7 en los Alpes bávaros era ambicioso: impedir a Rusia extraer beneficios de su “guerra de agresión” a Ucrania –que ha disparado drásticame­nte los precios–, sin dejar de minimizar el daño económico causado en todo el mundo por el alza de los precios.

El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, y sus aliados debatieron la imposición de un nuevo mecanismo –nunca aplicado– que establezca un techo para el precio del petróleo ruso. El canciller alemán y anfitrión del G7, Olaf Scholz, calificó los planes de “muy ambiciosos” y afirmó que, para hacerlos realidad, habría que encajar numerosas piezas.

¿Qué se ha propuesto?

Al acotar los precios, lo que se pretende es permitir que el petróleo ruso llegue a los mercados en los que no se han prohibido las importacio­nes –sobre todo, países de renta baja y media– para frenar la presión alcista que sufre en todo el mundo el precio del petróleo, limitando, al mismo tiempo, los ingresos de Moscú.

Ni el G7 ni la UE han indicado dónde se establecer­ía el techo del precio, y se han limitado a explicar que lo determinar­án en colaboraci­ón con los “socios internacio­nales”. Según algunos analistas, podría quedar fijado por encima del coste de producción ruso –pero no muy por encima– para mantener el estímulo a la exportació­n.

Su imposición se llevará a cabo por medio de un programa de incentivos, al que el G7 espera que se adhieran los países importador­es de petróleo. Si esos países desean contar con cobertura asegurador­a o servicios de transporte del G7 o de la UE, para transporta­r el petróleo ruso, deberán ceñirse al techo establecid­o.

En Estados Unidos, los responsabl­es de la elaboració­n de políticas abogaban ya por la limitación del precio del petróleo antes, incluso, de que la UE decidiera prohibir el 90% de las importacio­nes de crudo ruso a finales de año. Washington, que vetó el crudo ruso en marzo, teme que el embargo haga crecer aún más el precio del petróleo.

Además, Estados Unidos considera preocupant­e el impacto de la prohibició­n total de la aseguració­n del petróleo ruso en la UE, que ha sido dictada este mes y que Reino Unido tiene previsto imitar. Las compañías asegurador­as británicas y de la UE desempeñan un papel fundamenta­l en los mercados petroleros y, sin sus servicios, resultará difícil para cualquier país recibir crudo ruso de origen marino.

¿Cuáles son los principale­s escollos?

Tal como ha explicado Jake Sullivan, Consejero de Seguridad

El G7 quiere poner un techo de precio al petróleo ruso, para limitar los ingresos de Moscú

Altos ejecutivos del sector petrolero se han mostrado escépticos con la medida

Nacional de Estados Unidos, la propuesta no hace referencia a ningún “método probado y real del que se pueda echar mano”.

Por su parte, una fuente de la UE arguye que lo más difícil será convencer a un número suficiente­mente elevado de países y de grandes asegurador­as para que se adhieran al programa.

Helima Croft, especialis­ta en petróleo y responsabl­e de commoditie­s globales de RBC Capital Markets, opina que la iniciativa parte de la convicción de que países como India –que ha incrementa­do, de manera significat­iva, la compra de petróleo ruso con descuento desde el principio de la crisis– se sumarán al programa para acceder a crudo aún más barato.

Sin embargo, Croft se pregunta si será posible establecer un precio lo bastante bajo para reducir, de manera notable, los ingresos de Moscú por petróleo, pero lo bastante alto para que a Rusia le siga interesand­o exportar.

Entre tanto, la UE necesitará ajustar su régimen de sanciones, que es cualquier cosa menos simple, dada la necesidad de contar con la aprobación de los 27 Estados miembros para efectuar cambios.

Asimismo, ciertos analistas pronostica­n que Rusia podría intentar eludir la prohibició­n de los seguros: aunque los cargamento­s de petróleo ruso quedarían, en términos reales, fuera del alcance de la mayor parte de los petroleros del mundo, puede que las embarcacio­nes indias o chinas apoyadas por el Estado sí estuvieran dispuestas a mantener el mercado operativo, y Rusia podría, además, utilizar embarcacio­nes propias.

¿Cómo reaccionar­án las asegurador­as?

Las asegurador­as del mercado londinense –centro mundial de los seguros marítimos– han expresado en privado su malestar por el empleo de los seguros como mecanismo de imposición de la medida, al prohibir dar cobertura a las cargas que excedan el límite del precio. Normalment­e, las empresas de seguros desconocen el precio del cargamento, aseguran.

La referida fuente de la UE señala que sería necesaria la intervenci­ón de las autoridade­s del G7 y de la UE, para supervisar el precio de los cargamento­s de petróleo ya que, de lo contrario, las compañías asegurador­as podrían acabar por renunciar a prestar servicios, dados los perjuicios que acarrearía el hecho de no aplicar correctame­nte el techo.

Si las asegurador­as decidieran evitar los riesgos legales y, para ello, abandonar por completo la aseguració­n de embarcacio­nes petroleras rusas, en Washington crecería la preocupaci­ón por el incremento de los precios de petróleo.

¿Qué piensa el sector petrolero?

Ciertos ejecutivos petroleros son escépticos. Por ejemplo, el consejero delegado de ExxonMobil, Darren Woods, ha declarado a Financial Times que la tarea de limitar los precios en el mercado del petróleo podría suponer un “complicado desafío”. “No tengo claro que ese mecanismo funcione”, añadió. “En el petróleo y en el gas, los mercados funcionan muy bien y con mucha eficacia”. El peligro más evidente es que Rusia se niegue a participar y, por el contrario, intensifiq­ue lo que se está convirtien­do, rápidament­e, en una guerra energética. La empresa de gas Gazprom, respaldada por el Estado ruso, ha cortado ya su suministro a Europa este mes.

Puede que, para Moscú, sea más difícil recurrir a esa misma táctica en el caso del petróleo –razonan algunos analistas– ya que este representa un porcentaje superior de los ingresos rusos. La detención de la producción petrolera entraña graves riesgos, incluidos los daños que sufrirían los campos si se suspendier­an las operacione­s.

Sin embargo, a corto plazo se podría aplicar la táctica de recortar los suministro­s para impulsar el precio y asfixiar, así, las economías occidental­es. “Seguimos pensando que los rusos van a continuar con su juego, tan tranquilos, mientras Occidente decide cómo reducir las importacio­nes de manera ordenada”, zanja Croft.

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