PLAZO MENOR

Aunque el plazo firmado con Sixth Street es de 25 años, el Barça se reserva la opción de recuperar

los derechos si los ingresos suben anualmente por encima de entre el 5% y el 7%. La evolución depende de la audacia de 600 millones antes de la primera operación con Sixth Street.

Los 500 millones de ingresos se destinarán a fichajes, pero también a reforzar la tesorería de un club que en las próximas campañas perderá el 25% de los derechos de televisión (41 millones de los 166 millones, de acuerdo con los ingresos por este concepto en la temporada 2020-21) y de parte de la facturación por el estadio, por el traslado al Lluís Companys mientras dure la reforma del Camp Nou.

El club cuenta con que deberá amortizar en torno a cien millones de deuda con el sindicato de seis entidades –coordinadas por Goldman Sachs– que le prestaron 595 millones al FC Barcelona justo en el arranque del mandato de Laporta para evitar la quiebra.

El Barça tenía suficiente con informar a los acreedores de la venta del 10% de los derechos audiovisuales, pero si llega al 25% debe pedir una dispensa. Entre las condiciones que espera tener que cumplir el club, figura una rebaja de la deuda.

Una vez superada la urgencia, la entidad mantiene abierta la venta de una participación minoritaria de BLM –la filial comercial– y de Barça Studios –la de contenidos audiovisuales–, pero ahora sin prisas. La prioridad es potenciar la entrada de un socio industrial para la última, que es la que hoy genera menos ingresos.

En este sentido, el club acaba de fichar al productor televisivo Toni Cruz (exmiembro de La Trinca y creador de Gestmusic) en calidad de consultor externo para transformar su plataforma Barça TV “en un nuevo proyecto multimedia innovador”.