Calviño plantea un pacto de rentas a tres años que incluya el alza del SMI
EL GOBIERNO CONSIGUE REABRIR EL DIÁLOGO SOBRE EL PACTO DE RENTAS/ La patronal se opone a subir salarios con la inflación mientras los sindicatos advierten de que quieren una limitación de los beneficios.
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, propuso ayer a los agentes sociales alcanzar un acuerdo de moderación de salarios y beneficios empresariales por tres años en el que se incluya la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) para 2023 que el Ejecutivo prevé negociar con la patronal CEOE y de los sindicatos CCOO y UGT. Tras su reunión con todo el equipo económico del Gobierno, la vicepresidenta comunicó que había visto una actitud abierta en la patronal y los sindicatos para recuperar el acuerdo salarial, si bien las partes aún mantienen claras diferencias.
“Desde el Gobierno pensamos que un acuerdo a tres años vista, hasta 2025, de moderación de las rentas empresariales y salariales es la contribución que necesita la economía española del diálogo social", defendió Calviño tras la reunión celebrada para tratar de reimpulsar el pacto de rentas tras los desencuentros de patronal y sindicatos.
Tras la reunión, los dirigentes de CCOO, Mari Cruz Vicente,
y de UGT, Mariano Hoya, dejaron bien claro al Gobierno, “que en ningún caso el pacto de rentas tiene que significar una contención exclusiva de los salarios”. Los dirigentes sindicales reclamaron al Gobierno que tome medidas para limitar los beneficios de las empresas. Sobre todo, a través del Impuesto de Sociedades.
CCOO y UGT han defendido hasta ahora la restauración de la cláusula de revisión salarial, para evitar la pérdida de poder adquisitivo de los salarios. Precisamente, con este objetivo CCOO y UGT organizaron ayer en toda España concentraciones delante de las sedes de la CEOE.
Los dos dirigentes sindicales recordaron a Calviño que ya hay un compromiso con el Gobierno para subir el Salario Mínimo Interprofesional en 2023 hasta el 60% del salario medio. La primera recomendación de los expertos del Ministerio de Trabajo fue pasar de los 1.000 euros mensuales de este año a los 1.050. Pero, muy previsiblemente, esta cifra está ya desfasada, por lo que se avecina otro encontronazo del Gobierno y de los sindicatos con la patronal.
La posición de la patronal
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, no compareció tras la reunión con el Gobierno, pero horas antes, en Onda Cero, dijo que los empresarios no se oponen a subir los salarios, sino a que éstos se indexen con la inflación, tengan como referencia la evolución de los precios. En su opinión, una relación directa entre los precios y los salarios puede provocar la extensión de la inflación por todos los sectores de la economía. Lo que técnicamente se conoce como efectos de segunda ronda, porque, a su vez, las empresas elevan los precios para mantener los márgenes, lo que vuelve a deteriorar la capacidad adquisitiva de los salarios. Un proceso que deteriorará la competitividad de las empresas y de la economía española frente al resto de la Unión europea.
En una clara respuesta a las críticas a los empresarios que hizo el martes la vicepresidenta Segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, Garamendi defendió su papel en el diálogo social. “Hemos firmado 15 acuerdos [con el Gobierno y los sindicatos]. Lo digo porque parece que ahora nos fumamos puros. Hemos pasado de ser Obi Wan Kenobi a Darth Vader”, lamentó el dirigente empresarial, con referencia a la Guerra de las Galaxias.
El bloqueo de convenios
La postura de Díaz es, de hecho, frontalmente contraria a la defendida por Calviño. La titular de Trabajo dijo el martes que los empresarios “tienen que dejar de bloquear los convenios. No es el momento de moderar los salarios, sino muy al contrario, es el momento de promover subidas [de las retribuciones], que ayuden a paliar el impacto que está teniendo en los trabajadores los efectos de la inflación”. Es más, la vicepresidenta Segunda recordó que Luis de Guindos, vicepresidente del Banco Central Europeo, recomendó no bajar los salarios porque Europa entraría en un proceso claro de crecimiento de la morosidad. Es decir, por la incapacidad de muchas familias de poder pagar facturas y deudas, ante la depresión de las retribuciones.
Garamendi: “Nos oponemos a repercutir la inflación; no a subir los salarios”