Colonial invierte 614 millones en nuevos proyectos y reformas
INMOBILIARIO/ La Socimi catalana ejecuta más del 60% del vigente programa de capex para los años 2021-2024.
Colonial tiene previsto invertir 614 millones de euros en su vigente programa de capex para nuevos proyectos y reposicionamiento de activos. Hasta el momento, la Socimi catalana he ejecutado el 62% de las inversiones previstas en el periodo 2021-2024; es decir, 380 millones de euros, y prevé completar los 234 millones restantes en los próximos años en proyectos como Méndez Álvaro o Sagasta 27, en Madrid, según explicó ayer la propia empresa en una reunión con inversores.
El plan de inversiones cuenta con nueve nuevos desarrollos, de los que ha entregado hasta el momento dos (Diagonal 525, en Barcelona, y el edificio Marceu, en París) y prevé hacer lo propio con otros tres este mismo año: Velázquez 86D y Miguel Ángel 23, en Madrid, y Biomé, una de las grandes apuestas en la capital francesa (acaba de cerrar prealquileres con La Banque Postale y SFIL). Para el año que viene se completará la torre de Plaza Europa 34, en Barcelona, y, finalmente, en 2024, los proyectos de Méndez Álvaro y Sagasta.
En el capítulo de inversiones para reposicionar activos, la compañía ha completado hasta el momento ocho de los nueve proyectos que tenía previstos. Los últimos, Torre Marenostrum y Diagonal 530, en Barcelona. Pendiente, sólo queda la entrega de Parc Glòries, también en la capital catalana, dentro de dos años.
Ingresos
Colonial prevé que los nuevos desarrollos generarán una media de 70 millones en ingresos, mientras que las renovaciones elevarán las rentas en 31 millones. De esta manera, se pasarán de los 344 millones de euros proforma para el año 2021 a 445 millones cuando el 100% del portfolio alcance el mercado. Sin embargo, la inmobiliaria prevé que, cuando estos activos obtengan su potencial máximo, generarán hasta 120 millones de euros de nueva facturación.
Colonial confía en alcanzar unas rentas de 510 millones
en el horizonte de 2024, según aseguró el consejero delegado de la empresa, Pere Viñolas, en la pasada junta de accionistas. Además de los desarrollos y las renovaciones, la Socimi contabiliza la repercusión de los proyectos recientemente adquiridos, como la sede de Amundi en París, que generan unos 20 millones de rentas.
Más allá del objetivo, Colonial confía en que la polarización del mercado, entre edificios
Las reformas y los nuevos desarrollos podrían sumar unas rentas potenciales de 120 millones
prime y el resto, le permitirá seguir captando grandes clientes dispuestos a asumir alquileres elevados. Además, el objetivo de rentas no contabiliza futuras adquisiciones, por lo que probablemente acabe siendo superior. La empresa presidida por Juan José Brugera se mantiene atenta a sus mercados de referencia (París, Madrid y Barcelona) y está explorando entrar en otros como Alemania o Reino Unido.
Colonial cerró el año pasado con un beneficio de 474 millones frente a los 2 millones de 2020. La mejora se sostuvo en la revalorización del 6% de la cartera de activos, hasta los 12.436 millones. Por otra parte, el resultado recurrente aumentó un 12%, hasta los 128 millones. Los ingresos crecieron un 2% en términos comparables, hasta los 314 millones. El mercado de París fue el motor del negocio, con un incremento del 6,4%.
Las acciones de Colonial se resintieron ayer un 1,48%, hasta los 6 euros por título. En lo que va de año, se han depreciado casi un 27%. La capitalización bursátil de la compañía asciende a 3.229 millones de euros.
y que ya puso en marcha a través de un programa piloto. Pero sus trabajadores están mostrando un rechazo prácticamente unánime a ese plan de flexibilidad laboral, que supone la correspondiente reducción de sueldo. Una merma en el salario que la empresa bonifica con un 20%, de manera que la reducción salarial final rondaría el 15%.
Según fuentes sindicales, a este plan laboral apenas se ha acogido un 1% de plantilla cuando quedan menos de cuatro días para que acabe al plazo para apuntarse. Finaliza este viernes 15 de julio. A este programa se pueden acoger, de forma voluntaria, unos 18.000 empleados de Telefónica España. La única limitación es la adopción por parte de hasta un 10% de los trabajadores de una misma unidad de negocio. Este desinterés podría estar motivado por el recorte salarial que supone, que a su vez implica una reducción proporcional de las cotizaciones sociales, todo ello en pleno un escenario de incertidumbre económica.
Tal y como informó EXPANSIÓN el pasado octubre, un total de 156 trabajadores de Telefónica en España se apuntaron al proyecto piloto para acogerse a la jornada laboral de 4 días a la semana –de lunes a jueves–, tras finalizar el 30 de septiembre el plazo límite para solicitar ser incluidos en el piloto.
32 horas semanales
Esta fórmula laboral es una medida pionera en una gran empresa en España, ya que hasta ahora estas medidas se flexibilidad se están implantando en compañías de menor calibre y/o empleados. Supone trabajar 32 horas a la semana, a razón de ocho horas diarias entre lunes y jueves, en lugar de las 37,5 horas durante las que desarrollan actualmente su jornada en los cinco días laborales.