Buff reduce las ventas un 4% e internalizará el 100% de la producción en 2025
Tras un ejercicio de récord en 2020, cuando Original Buff disparó las ventas un 60% por la pandemia –muchos ciudadanos utilizaron sus pañuelos tubulares a modo de mascarilla y, posteriormente, la propia empresa empezó a fabricarlas–, la compañía acusó el año pasado el colapso de las cadenas de distribución. Los ingresos se redujeron un 4%, hasta situarse en los 49,6 millones de euros.
La empresa con sede en Igualada (Anoia) resta importancia a esta corrección del mercado y confía en que se trate de un pequeño bache. “Como se preveía, hemos bajado facturación por la corrección de stocks en toda la cadena de distribución y como consecuencia de las restricciones en los principales mercados”, señala el director general de la firma, David Camps.
Buff, propiedad de la familia Rojas-Vives, planea crecer este año en sus principales mercados y entrar en otros con presencia directa, como en Francia e Italia. En total, vende en más de 70 países.
La compañía factura 49,6 millones y destina 1,4 millones a nuevas instalaciones
Actualmente, las exportaciones representan alrededor del 90% del volumen de negocio.
Además, ha invertido 1,4 millones de euros en la ampliación de su fábrica con la construcción de un nuevo edificio de 1.500 metros cuadrados con tres plantas, a los que hay que sumar otros 200.000 euros más en maquinaria. Estas instalaciones implicarán la contratación de 140 trabajadores durante los dos próximos ejercicios.
Con esta decisión, la compañía planea acabar de internalizar toda la producción. El 90% de sus prendas se fabrican en sus instalaciones en Igualada, pero confía en que en 2025 esa tasa ya alcance el 100%. La compañía cuenta con un portfolio de más de 1.300 modelos de tubulares, gorras y gorros.