El empleo no se resentirá aunque la economía entre en recesión en 2023

INFORME DE BBVA RESEARCH/ BUENA PARTE DE LOS CONVENIOS COLECTIVOS PENDIENTES DE RENOVARSE LO HACEN A FINALES DE AÑO, LO QUE PUEDE SUPONER UNA MAYOR PRESIÓN EN LAS REIVINDICACIONES SALARIALES.

La economía española crecerá un 1,8% el próximo año, casi la mitad de lo previsto hace ahora tres meses, pero ello no implicará que el empleo se resienta de manera relevante porque, debido a la reforma laboral “la volatilidad en el mercado se ha reducido”, según los responsables del servicio de estudios de BBVA, quienes consideran que, a pesar de que la actividad entrará en recesión técnica en el primer trimestre del próximo año “es muy probable que el empleo muestre síntomas de estancamiento… aunque es evidente que se trabajarán menos horas”.

El servicio de estudios de BBVA, lo mismo que ha hecho la Comisión Europea, ha decidido mantener su previsión de crecimiento para este año en el 4,1%, pero ha rebajado a la mitad prácticamente lo que estimaba hasta ahora que podía ocurrir en 2023.

Para llegar tanto a la cifra de este ejercicio como a la del próximo, el banco prevé que España entre en recesión en el primer trimestre de 2023 y para ello es necesario que tanto en el cuarto trimestre de este ejercicio como en el primero del próximo año la actividad se contraiga, es decir que el PIB descienda, lo que significa que a finales de marzo la economía española estaría en recesión técnica. Mientras tanto, el servicio de estudios de

BBVA estima que el PIB crecerá seis décimas en el tercer trimestre en comparación con el anterior.

No se trata de una buena noticia en absoluto pero quizás habría que considerar que los responsables del banco consideran que la reforma laboral puesta en marcha recientemente, junto con la articulación de los ER

TEs, ha reducido la volatilidad en el mercado laboral de forma que “aunque se trabajarán menos horas, es posible que se distribuyan de forma distinta… Espero que mejor”, dijo Sicilia.

Naturalmente que lo que preocupa más es la evolución de la inflación. El banco es menos optimista sobre los efectos que las medidas anunciadas por el Gobierno pueden hacer para reducir el alza de los precios. Por lo tanto, va a seguir en niveles elevados en los próximos trimestres con el peligro que ello supone para que se produzcan efectos de segunda ronda y la subida de precios se enquiste poniendo en peligro todo lo avanzado hasta ahora.

Por ello, mantienen que sigue siendo necesario un pacto de rentas, algo que parece que no acaba de calar, a pesar de que hasta ahora ni las empresas ni los trabajadores están forzando por su parte el alza de los precios. La inflación actual sigue siendo consecuencia sobre todo de factores externos (precios de la energía y de materias primas) y de los efectos recaudatorios que los impuestos indirectos provocan, mientras que los márgenes empresariales están soportando bastante el incremento de los costes y las subidas salariales por convenio se mantienen dentro de una senda claramente por debajo del IPC y de la inflación subyacente y que los acuerdos que registran cláusulas de indiciación todavía son pequeños, aunque crecientes.

El problema, señalan en BBVA, es que buena parte de los convenios colectivos pendientes de renovarse lo hacen a finales de año y que ello puede suponer una mayor presión en las reivindicaciones sindicales habida cuenta de que, con las previsiones actuales, a finales de año la tasa de inflación seguirá alta y ello puede empujar a elevar las posiciones. En todo caso, el hecho de que el Gobierno mantenga su posición de subir las pensiones sobre el IPC medio anual dificulta también la toma de conciencia general de que al menos una parte de la crisis hay que pagarla entre todos.

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