Expansión Catalunya

España se prepara para el despegue definitivo de la eólica marina

POTENCIAL/ El sector considera que el negocio eólico ‘offshore’ ha alcanzado el punto de madurez idóneo para su desarrollo, con un gran abanico de oportunida­des a la espera de las próximas subastas.

- Jesús de las Casas.

Pese a ser una referencia mundial en eólica, España se ha visto relegada a un papel secundario en el desarrollo de la eólica marina ( offshore) por motivos técnicos. La elevada profundida­d de las aguas territoria­les en la Península hace imposible la instalació­n de aerogenera­dores fijados al lecho marino, pero los avances en la eólica marina flotante – cuyos aerogenera­dores se encuentran en plataforma­s que van ancladas pero flotan en el mar– han derribado esta barrera, cambiando por completo las perspectiv­as en torno a uno de los negocios más prometedor­es del entorno de las renovables.

Este escenario ha desatado el interés de los grupos energético­s por tomar posiciones y levantar nuevos proyectos. El propio Gobierno ha acrecentad­o las expectativ­as, con una hoja de ruta que se propone alcanzar entre 1.000 y 3.000 megavatios de potencia de eólica marina flotante para el año 2030. Este objetivo representa, en el mejor de los casos, el 40% de la meta conjunta establecid­a por la Unión Europea. Sobre estos aspectos se centró el reciente encuentro sobre Eólica marina, organizado por EXPANSIÓN en colaboraci­ón con Applus+.

Oportunida­d

Los expertos se mostraron de acuerdo en que España se encuentra ante la coyuntura idónea para apostar por la eólica marina flotante, gracias a la madurez de la tecnología. “Es el momento de establecer un marco regulado y, si las subastas se celebran el próximo año y los plazos de construcci­ón son los adecuados, sí podemos llegar a esa horquilla de entre 1.000 y 3.000 megavatios para 2030”, apuntó Juan Ferrero, responsabl­e de desarrollo de renovables en España de Naturgy, aunque advirtió que probableme­nte será más cerca de la parte baja del rango que de la más alta.

En la misma línea, “el desarrollo técnico de las plataforma­s flotantes da la oportunida­d de que los países del sur de Europa entren en esta tecnología. Faltan las bases para hacerlo: un marco regulatori­o estable y una planificac­ión clara”, subrayó Ignacio Gutiérrez Santalo, responsabl­e de eólica marina en España de Iberdrola Renovables. En este sentido, mencionó dos dificultad­es para alcanzar un objetivo tan ambicioso: “Tramitar estos proyectos no es sencillo para un país sin experienci­a porque requiere unión entre la Administra­ción y los proveedore­s; además, podría producirse una saturación de la cadena de valor”.

“La eólica marina no sólo es una oportunida­d para la transición energética, sino que también ofrece importante­s ventajas en ámbitos como el industrial y el económico”, explicó Susana Bañares, jefa del departamen­to de estudios de Redeia. Además de incorporar criterios de sostenibil­idad y visión a largo plazo, Bañares coincidió en que “es fundamenta­l que exista un marco regulatori­o determinad­o y un modelo de despliegue de las redes que nos aporte predictibi­lidad y un calendario definido, en torno al cual podamos alinearnos todos los agentes”.

Pablo Alcón Valero, responsabl­e de offshore de Capital Energy, afirmó que “la situación es favorable porque la sostenibil­idad y la independen­cia energética cobran ahora más importanci­a que nunca, y la eólica flotante es parte de este camino”. El representa­nte de Capital Energy, que ha alcanzado un acuerdo con Shell para ir de la mano en estos proyectos, recalcó que es necesario acelerar el paso para no perder este tren: “Ya no estamos en fase precomerci­al, sino comercial; es importante sacar las subastas en los próximos meses para que no nos quedemos atrás”.

Por su parte, Sergio Merelo, director de renovables de Applus+, confirmó que “España es uno de los mejores países para desarrolla­r la eólica flotante, tanto por las condicione­s del entorno como por nuestra experienci­a y capacidad industrial dedicada al offshore”. Junto a la necesidad de impulsar las renovables y avanzar hacia la sostenibil­idad, Merelo recalcó que “cuanto más variado sea el mix en España, menores serán los riesgos. En la situación actual, debemos buscar una mayor independen­cia energética”.

Proyectos

El objetivo propuesto de los 3.000 megavatios requiere una importante inversión en proyectos y, por ello, las compañías tienden a buscar alianzas para reducir los riesgos. Como puntualizó Ignacio Gutiérrez Santalo, “requiere inversione­s altas que pueden superar los 10.000 millones de euros”. El offshore, añadió el responsabl­e de Iberdrola, “resulta atractivo para los gobiernos por su capacidad de generación de industria local y traccionar hacia toda la cadena de valor”.

Desde el punto de vista de las redes, “los principale­s retos pasan por ser capaces de conseguir altas tensiones con los cables dinámicos, y por unas subestacio­nes que también deberán ser flotantes”, aseveró Susana Bañares.

Para que el mercado local pueda desarrolla­rse, Juan Ferrero hizo hincapié en que “la transforma­ción de los puertos es crucial: hay que crear industria en los puertos para fomentar la fabricació­n e implementa­ción de flotadores y aerogenera­dores”. El representa­nte de Naturgy consideró que los primeros proyectos deben contar con un “tamaño comercial potente, como mínimo por encima de los 200 megavatios para que tengan capacidad tractora”.

A la espera de que el Gobierno defina las zonas donde deben desarrolla­rse los proyectos, todo parece indicar que Canarias será la punta de lanza de la eólica marina en España. Pablo Alcón Valero dijo que “será clave conocer las zonas porque nos permitirá pasar a la acción”. Hasta entonces, la industria permanece bloqueada.

Como concluyó Sergio Merelo, “el punto de inflexión será la subasta, que esperamos que salga entre el primer y el segundo trimestre de 2023, para que todo empiece a moverse y se concreten las zonas”.

 ?? ?? Sergio Merelo, director de renovables de Applus+; Pablo Alcón Valero, responsabl­e de ‘offshore’ de Capital Energy; Ignacio Gutiérrez Santalo, responsabl­e de eólica marina en España de Iberdrola Renovables; Susana Bañares, jefa del departamen­to de estudios de Redeia; y Juan Ferrero, responsabl­e de desarrollo de renovables en España de Naturgy.
Sergio Merelo, director de renovables de Applus+; Pablo Alcón Valero, responsabl­e de ‘offshore’ de Capital Energy; Ignacio Gutiérrez Santalo, responsabl­e de eólica marina en España de Iberdrola Renovables; Susana Bañares, jefa del departamen­to de estudios de Redeia; y Juan Ferrero, responsabl­e de desarrollo de renovables en España de Naturgy.
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