Dolores Delgado deja la Fiscalía General por motivos de salud
Dolores Delgado ha puesto fin a su mandato al frente de la Fiscalía General del Estado (FGE) argumentando motivos de salud, tras someterse a una operación de columna vertebral que no le permite estar en “las condiciones físicas exigidas para tan alta función”, según comunicó ayer la Fiscalía. En esa nota, Delgado hace un balance “satisfactorio” de sus dos años al frente del organismo, aunque han estado marcados por la crítica política desde sus inicios, ya que dejó el ministerio de Justicia para ocupar ese puesto.
Su sucesor será Álvaro García Ortiz, fiscal de sala y jefe de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado (FGE), que hasta ahora ha ejercido de mano derecha de Delgado. Pertenece a la Asociación Progresista de Fiscales (UPF), que llegó a presidir.
Delgado llegó a la FGE en febrero de 2020 procedente del Ministerio de Justicia, que había dirigido hasta un mes antes, lo que supuso que su mandato como fiscal general arrancara con controversia. Las fuentes fiscales consultadas por Europa Press señalan que este fue un “pecado original” del que no pudo desprenderse. Sin embargo, ella defendió que no debía entenderse como “una debilidad” sino como “una fortaleza”.
De hecho, PP y Vox recurrieron ante el Tribunal Supremo (TS) el nombramiento de Delgado como fiscal general del Estado, al considerar que no cumplía con los criterios de idoneidad e imparcialidad exigibles por haber sido ministra de Justicia, si bien el Alto Tribunal los inadmitió por falta de competencia, lo que ha llevado a ambos partidos a acudir al Tribunal Constitucional (TC).
Descontento
Lejos de aminorar, la polémica en torno a su figura ha ido creciendo estos años. Así, este mismo mes la Asociación de Fiscales (AF) ha vuelto a solicitar al TS que anule el nombramiento de Eduardo Esteban Rincón como fiscal de sala de Menores, una designación en la que Delgado insistió después de que el alto tribunal la anulara por falta de motivación. El descontento en buena parte de la carrera fiscal con Delgado quedó patente en las recientes elecciones al Consejo Fiscal, el órgano asesor de la fiscal general. El pasado mayo, la AF –la mayoritaria– arrasó al adjudicarse seis de los nueve puestos electivos, mientras que la Unión Progresista de Fiscales (UPF) –a la que perteneció Delgado– pasó de cuatro a dos.
Precisamente, su primer acto oficial tras reincorporarse de la baja médica fue la despedida del Consejo Fiscal saliente y la constitución del entrante, donde aprovechó para dar un discurso donde reivindicó no solo su trabajo en la FGE sino también durante su etapa como ministra de Justicia.
Delgado se despide de la FGE sin poder incorporarse directamente como fiscal de sala al Tribunal Supremo, ya que la enmienda –incluida en la ley Concursal– que lo habría permitido para ella y para los fiscales generales que la sucedieran acabó retirándose.
Desde el Gobierno, la ministra de Justicia, Pilar Llop achacó la dimisión de la ya ex fiscal general del Estado a razones “exclusivamente” médicas, asegurando que la propia Delgado le ha trasladado que tiene “la espalda rota”. La ministra calificó la dimisión de Delgado como un “ejercicio de responsabilidad” porque ella es “consciente” de que el cargo exige una “enorme exigencia”, tanto por las propias funciones del Ministerio Público como por las funciones institucionales asociadas a él.
Desde la oposición, el Partido Popular recordó que el nuevo fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, hizo campaña electoral hace apenas dos años junto a los socialistas gallegos en contra del entonces presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
Los populares recordaron que la despolitización de la Justicia es una de su exigencias para llegar a un acuerdo con el PSOE en la renovación de los órganos judiciales.
Álvaro García Ortiz, hasta ahora ‘número dos’ de Dolores Delgado, asumirá el cargo