AraVinc supera los 30 millones y busca entrar en diez ciudades más
La firma de reparto vuelve al negocio de entrega de comida a domicilio tras la ‘ley rider’, prevé crecer un 9% este ejercicio y pone el acento en la mejora de la rentabilidad.
La compañía de mensajería y paquetería AraVinc elevó su cifra de negocio un 9% en 2021 a pesar de un contexto de evidente desaceleración económica, según observa su consejero delegado y propietario, Josep Ribera. La firma, con sede en L’Hospitalet (Barcelonès), terminó el año pasado con unos ingresos de 32,5 millones –con un ebitda de unos 800.000 euros– y para 2022 prevé situarse en torno a los 35 millones, lo que supone dar otro salto de un 9%. De la facturación de 2021, unos veinte millones procedieron del comercio electrónico y el resto, de la actividad para empresas –industriales o de consumo–, administraciones y hospitales (b2b).
“En 2020 se dio un aumento muy importante del comercio electrónico, en 2021 vivimos de la inercia y en este año vemos un descenso de la actividad a perímetro constante porque la gente sale más a la calle, pero también por una relativa crisis del consumo”, expone el empresario, que explica que AraVinc aumenta el negocio porque gana nuevos clientes, ya que el sector no está creciendo.
¿En qué ámbitos lo hace? Por un lado, en entrega de comida a domicilio, segmento en el que la enseña volvió a entrar el pasado diciembre, tras la promulgación de la nueva ley rider, que expulsó a algunas empresas por la situación laboral de sus empleados; esto supuso la contratación de unas 400 personas en varias ciudades en el caso de AraVinc. Ribera duda de la legalidad en la que se encuentra la plantilla de varios de sus competidores.
Además, la empresa aumentó las colaboraciones con transportistas, que se enfrentaron a la falta de autónomos y le deben subcontratar parte de su trabajo para cumplir con sus compromisos. La empresa cuenta con 1.122 personas, “todas asalariadas y un 80% a jornada completa”, subraya Ribera, que asegura que con la campaña de Navidad llegarán a unas 1.500.
El empresario se muestra crítico sobre el modelo de negocio de ciertas empresas emergentes: “Algunas start up parece que hayan descubierto la sopa de ajo, pero la entrega de última milla se hace al menos desde la época de Roma –ironiza–; a muchas empresas les da igual perder dinero mientras cierren rondas”. “Esto les permite reventar precios –critica–, que siguen igual desde hace diez años, cuando el coste de las furgonetas y de la gasolina y el salario mínimo interprofesional han subido”. La compañía asegura que los costes medios han subido un 20% en poco más de un año, pero que este incremento apenas se ha podido repercutir en el precio final en una tercera parte, lo que ha influido en los márgenes, “mucho más ajustados”.
AraVinc suma una flota de 700 furgonetas y 300 motos eléctricas para el reparto; de estas últimas, cien son de sus empleados.
Distribución nacional
La empresa está presente en unas diez ciudades, básicamente en Catalunya, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, pero tiene la intención de alcanzar las veinte en 2023. “Esto nos permitirá tener una cobertura nacional para los clientes”, justifica Ribera, quien matiza que la estrategia dependerá de la situación macroeconómica.
Este es uno de los objetivos de su plan estratégico, que también contempla mantener la actividad en el comercio electrónico y apostar por el b2b, al mismo tiempo que mejora la rentabilidad.
Otra meta de AraVinc pasa pro “crecer en entrega de comida a domicilio”, aunque la velocidad dependerá de la evolución que experimente en este segmento.
Ribera critica a las ‘start up’ que “revientan” precios porque “les da igual perder dinero”