La banca ve la tasa “perjudicial para la economía y
Una medida que “no logrará su objetivo de combatir la inflación y, además, entorpecerá la recuperación económica y la creación de empleo, en un contexto de incremento de los precios y de tensiones geopolíticas”. Así calificaron ayer las dos principales patronales del sector bancario en España la proposición de ley para aprobar un nuevo impuesto al sector presentada en el Congreso de los Diputados por los dos partidos que soportan el Gobierno.
En un comunicado conjunto, la Asociación Española de Banca (AEB) y la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA) señalaron que, aunque todavía están estudiando en detalle el texto propuesto, temen que la nueva figura impositiva afecte a la capacidad de las entidades de dar crédito, con potenciales consecuencias para la estabilidad financiera.
Las dos organizaciones recordaron en su escrito que el sector, a su juicio, “viene realizando una contribución relevante a la economía y a la sociedad española”. También indicaron que las entidades colaboran en la sostenibilidad del sistema público a través de tributos específicos.
“Una medida de este tipo afecta a las decisiones de crédito y riesgo de las entidades, y también a su capacidad competitiva en el mercado único europeo”, añadieron, para luego emplazar a las autoridades y a los grupos parlamentarios a mantener un diálogo con el sector durante la tramitación del nuevo tributo, con el fin de cooperar en su encaje legal.
Críticas
Más allá de los comunicados oficiales, el sector recibió ayer con fuertes criticas el primer borrador de propuesta legislativa remitido al Congreso.
Un alto responsable fiscal de unos de los mayores bancos españoles considera que el nuevo tributo “claramente grava lo mismo que el impuesto de sociedades”, por lo que anticipa que recurrirán judicialmente por una potencial doble imposición.
Dentro de los bancos españoles, preocupan varios aspectos. Uno de los principales es el establecimiento, por parte del Gobierno, de un umbral discrecional que, a juicio del sector, ataca el principio de neutralidad y no discriminación.
El nuevo impuesto se aplicará solo a las entidades cuyos ingresos (margen de intereses y comisiones) excedieron los 800 millones de euros en 2019. “Pero si el Ejecutivo ha argumentado que el motivo para este nuevo tributo son los beneficios extraordinarios,
Los expertos fiscales de las entidades ven un potencial peligro de doble imposición a los beneficios
¿por qué no se aplican a todos los bancos al margen de su tamaño?”, alega un directivo de uno de los principales grupos bancarios en España, que critica la distorsión que provocará en el mercado.
Otro elemento que ha provocado críticas es la base imponible elegida. “Es un despropósito”, lamenta otro alto responsable del sector, que señala que el diseño del impuesto no tiene en cuenta los costes y que, potencialmente, podría acabar aplicándose a una entidad que acabe en