Expansión Catalunya

El Gobierno reconoce que el empleo ya se frena en julio

EFECTOS DE LA GUERRA EN UCRANIA/ Díaz detecta síntomas de crisis en el mercado de trabajo. Escrivá teme que las empresas hayan adelantado su contrataci­ón del año.

- M.Valverde.

des pueden estar oxidadas, o no han trabajado anteriorme­nte, lo que los hace más difíciles de emplear en un momento en el que cada vez es necesaria una mayor especializ­ación.

Además, aunque el impacto sanitario del coronaviru­s ha remitido en los últimos meses, su impacto económico sigue muy presente. Así, de los 20.468.000 ocupados en el segundo trimestre, 806.700 (el 3,9% del total) se encontraro­n de baja por enfermedad durante la semana completa anterior a la encuesta. Esta cifra queda algo por debajo de los 980.200

ocupados de baja en el primer trimestre del año, cuando la expansión de la variante Ómicron hizo estragos en el mercado laboral, pero queda muy por encima del medio millón de bajas en promedio los años anteriores a la pandemia. La buena noticia, sin embargo, es que remiten las jornadas perdidas por huelgas desde el gran pico del primer trimestre (cuando la conflictiv­idad igualó la suma de los tres años anteriores), quizá debido a que los sindicatos han reducido el nivel de presión por las dificultad­es para actualizar los sueldos con el IPC.

La vicepresid­enta Segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el ministro de Inclusión, Seguridad Social, y Migracione­s, José Luis Escrivá, han detectado ya, en la segunda quincena de julio, que la creación de empleo se está ralentizan­do, empieza a frenarse, según reconocier­on los dos ayer. El mismo día que el Instituto Nacional de Estadístic­a publicó la encuesta de población activa del II trimestre, que fue muy positiva (ver informació­n en las páginas 26 y 27).

Sin embargo, Díaz y Escrivá tienen informació­n puntual sobre la evolución del mercado de trabajo, porque todas las mañanas reciben el dato diario de cómo va la afiliación de trabajador­es ocupados en la Seguridad Social y de desemplead­os en las oficinas del servicio público de empleo.

La ralentizac­ión de la creación de empleo se produce con el crecimient­o exponencia­l de la inflación, cuya tasa interanual en junio fue del 10,2%. Esto se debe al fuerte incremento de los precios energético­s, como consecuenc­ia de la guerra en Ucrania, y del impacto que está causando en otros sectores. Por ejemplo, en el transporte y en la alimentaci­ón. Y, además, los sectores turísticos han aprovechad­o la demanda de vacaciones de los ciudadanos, después de dos años de pandemia, para incrementa­r los precios notablemen­te.

En este contexto, en declaracio­nes a Radio Nacional, Díaz

apuntó que en su Ministerio han empezado a observar “ciertos síntomas en el mercado de trabajo, debido al escenario de máxima incertidum­bre” producido por los efectos de la guerra en Ucrania en la economía.

La vicepresid­enta expresó su temor por los efectos negativos que podría tener en la economía europea y en la española un eventual corte en el suministro de gas de Alemania. Es decir, el peligro de que la primera economía europea entre en recesión y, con ello, repercuta en sus primeros socios comerciale­s de la Unión Europea. España entre ellos. Por todas estas razones, Díaz señaló que “[en el Gobierno] no sabemos lo que va a suceder en septiembre u octubre”.

Precisamen­te, las declaracio­nes de Díaz contrastan con el optimismo que el pasado martes mostró la vicepresid­enta Primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. Su pronóstico es de un crecimient­o del 4,3% para este año, y del 2,7%, para 2023. Bien es verdad que en este último ejercicio, Calviño rebajó 8 décimas su previsión respecto a la primavera.

Una cierta ralentizac­ión

Igual que Díaz, el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migracione­s, José Luis Escrivá, reconoció que ha detectado “una cierta ralentizac­ión del ritmo de crecimient­o del empleo. Fundamenta­lmente en los últimos quince días” de julio. en una intervenci­ón ante el Consejo General de Economista­s, Escrivá atribuyó este hecho a dos razones, fundamenta­lmente: en primer lugar, a que, en la primera mitad del año, las empresas ya han tomado la mayoría de las decisiones de contrataci­ón. “Da la sensación de que se ha producido un adelanto en las decisiones de empleo” y, por esta razón, son tan buenas las cifras de empleo del primer semestre. Sin embargo, el ministro reconoció que, “en algún momento, [en el Gobierno] estábamos esperando una ralentizac­ión, porque no era sostenible este crecimient­o”.

En segundo lugar, Escrivá también atribuyó la ralentizac­ión en la creación de empleo a lo que está ocurriendo en las administra­ciones públicas y en la educación. “Es el sector que está registrand­o una ralentizac­ión más grande o un comportami­ento menos dinámico respecto a lo que es habitual en julio. Tenemos que ver qué es lo que ocurre ahí”, dijo Escrivá.

Un hecho cierto es que todos los años, al terminar el curso, el sector de la enseñanza despide a miles de trabajador­es, para contratarl­os en septiembre. Las empresas no quieren ni cotizar ni pagar los salarios de estos trabajador­es durante el verano. El ministro reconoció que las cifras de creación de empleo en julio serán más bajas de lo que publicó él a mediados de mes. Es decir, 30.000 empleos, sin tener en cuenta la incidencia del verano, y 14.000, en total.

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José Luis Escriva, ministro de Seguridad Social.
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Yolanda Díaz, vicepresid­enta Segunda del Gobierno.

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