La industria china vuelve a contraerse en julio por los nuevos brotes del covid
dad jurídica si el nivel de conocimiento que se exige al Estado miembro es elevado.
Por último, el TG confirma que la Comisión no está sometida a un plazo legal máximo para invitar a los Estados a que soliciten reenviarle un caso. No obstante, admite que sería razonable que el plazo no excediera de los veinticinco días hábiles. Sorprende que en el asunto Illumina/Grail la Comisión duplicase este plazo y la sentencia se limite a recriminar el retraso, pero no extrae de ello ninguna consecuencia. Es curioso que considere que no se ha producido una violación del principio de buena administración invocando un principio y un derecho distinto, que es la ausencia de indefensión a las partes.
La conclusión de lo anterior es clara. No hay seguridad de que la Comisión no analizará una operación en atención a que no se alcanzan los umbrales de notificación europeos o nacionales.
En sectores de mayor riesgo (farmacéutico y digital, aunque podría haber otros), debe prestarse especial atención. Posiblemente la única forma de obtener seguridad jurídica sea informar a las autoridades nacionales y a la Comisión de la operación y del calendario previsto, aunque formalmente no exista una obligación legal de hacerlo.
Habría sido preferible modificar los umbrales de notificación que generar tanta incertidumbre.
La industria china vuelve a contraerse en julio, debido a que los nuevos brotes de coronavirus hacen mella tanto en la oferta como en la demanda, y eso a pesar de que Pekín empieza a suavizar sus restricciones sanitarias. Según los datos oficiales divulgados ayer por la Oficina Nacional de Estadística (ONE), el Índice de Gestores de Compras (PMI, por sus siglas en inglés) marcó este mes 49 puntos, frente a los 50,2 enteros de junio, lo que significa que el indicador cae por debajo de los 50 puntos que marcan la frontera entre el crecimiento y la contracción.
Hay varios elementos que han pasado factura a la industria china, tanto desde el punto de vista de la oferta como de la demanda. Por un lado, el consumo se ha resentido después de confinamientos y las restricciones a la movilidad entre marzo y mayo. Por otro, los nuevos brotes de coronavirus en varios puntos del país están provocando una nueva serie de restricciones, si bien es verdad que son más moderadas que las que se vivieron en primavera. Con ello, el dato de julio queda lejos de lo vaticinado por los analistas, que preveían que se mantuviese en los 50,2 puntos registrados en el sexto mes del año.
Entre los cinco subíndices que componen el indicador, solo el de tiempo de entrega para proveedores (50,1 puntos) logró evitar la contracción, mientras que los otros cuarto apartados quedan por debajo de los 50 enteros: materias primas en stock (47,9), empleo (48,6), producción (49,8) y nuevos pedidos (48,5). Además, a los problemas derivados de la lucha contra el coronavirus hay que sumar también los fuertes incrementos de precios de las materias primas y otros elementos, que habrían elevado la incertidumbre y debilitado la compra de insumos por parte de la industria china.