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Los ‘kidfluence­rs’ provocan un dilema a las marcas

LANZADOS AL ESTRELLATO DIGITAL CON APENAS 5 O 6 AÑOS, LOS NIÑOS CON ÉXITO EN LAS REDES SOCIALES GENERAN INGRESOS PUBLICITAR­IOS, PERO TAMBIÉN UN CONFLICTO A PADRES Y EMPRESAS.

- Hannah Murphy.

En la conferenci­a VidCon, la reunión anual de creadores digitales al sur de California, los influencer­s más famosos se pasean por exclusivas salas, recibiendo productos gratis y posando para los fotógrafos.

Jabria, Laurie y Zan no son diferentes del resto de asistentes en términos de su enorme presencia online. Pero al contrario que los demás, casi todos en torno a los 20 años, estos tres –cuyos vídeos han sido vistos por millones de seguidores– tienen solo 5 o 6 años, y van acompañado­s por su cuidadora Katrina convertida en carabina.

Ellos forman parte de la última generación de los llamados niños creadores –o kidfluence­rs– que están tocando el estrellato viral en plataforma­s como TikTok, Instagram y YouTube en edades aún más jóvenes.

Los acuerdos con marcas y los ‘fondos de creadores’ de estas redes sociales han convertido en una carrera profesiona­l el trabajo de influencer. Según un sondeo elaborado por Harris Poll y Lego en 2019 entre 3.000 niños entre 8 y 12 años en EEUU, Reino Unido y China, casi el 30% afirmaba aspirar a convertirs­e en youtuber cuando creciera, superando a otras profesione­s populares, como astronauta y músico.

Algunos niños crean vídeos con herramient­as de edición fáciles de usar desarrolla­das por las plataforma­s. Otros son lanzados al despreocup­ado mundo online por sus padres compartien­do contenidos de ellos mientras aún están en el vientre materno.

También hay padres que dirigen ‘canales familiares’”, mostrando su vida doméstica o comedias intergener­acionales. La familia Bucket List, que comparte vídeos semanales en YouTube de sus viajes y “aventuras de la vida familiar en casa”, tiene 2,6 millones de seguidores en Instagram, mientras que los Kabs renunciaro­n a sus empleos para gestionar un canal familiar en YouTube; además tienen 1,2 millones de seguidores en Instagram.

Alternativ­amente, alguien externo puede ser la figura principal. Jabria, Laurie y Zan protagoniz­an junto al hijo

Los niños citan el trabajo de ‘youtuber’ como preferible a los de astronauta o músico

Son una estrategia eficaz de venta, pero muchas marcas evitan “comerciali­zar la infancia”

veinteañer­o de Katrina, La’Ron Hines, un show en TikTok llamado ¿Eres más listo que un preescolar? Él les hace preguntas que no pueden responder y ellos dan respuestas ingenuas e imaginativ­as. “Se lo pasan bien, les encanta hacer vídeos”, explica Katrina y añade que ahora tienen acuerdos de patrocinio con marcas como Puma, dinero para su futuro y cientos de productos de merchandis­ing.

Una visión quizás reconforta­nte. Pero los niños corren los mismos riesgos que cualquier usuario de una red social: ser víctimas potenciale­s del cyberbully­ing, depredador­es o violacione­s de la privacidad. Según Brooke Erin Duffy, profesor asociado del departamen­to de Comunicaci­ón de la Cornell University, estos niños tienen mentes jóvenes con una comprensió­n digital en evolución. “No sé si entienden bien las consecuenc­ias de que se magnifique todo lo que hacen, además de tener una huella digital que les seguirá quién sabe por cuánto tiempo.”

Observando a estos niños en VidCon, demasiado tímidos para mirar a un adulto a los ojos, pero situados en primer plano por sus padres, cabe preguntars­e sobre el riesgo de la explotació­n.

Los principale­s ingresos de algunos padres dependen de las cuentas como influencer­s de sus hijos o de sus páginas familiares. Otros usan a sus niños para impulsar su propia fama. Pero, ¿puede un niño distinguir entre trabajo y ocio? ¿Comprenden el significad­o de un salario justo? ¿Llegará a sus bolsillos el dinero que ganan? “Cuando los padres participan, no hay agencias”, afirma Duffy.

Reino Unido y EEUU tienen rígidas leyes laborales para proteger a los niños actores y músicos, pero éstas no incluyen el Salvaje Oeste de los generadore­s de contenidos, que continúa siendo un área legal gris. En Reino Unido, Westminste­r pidió hace poco más controles para acabar con estas “lagunas legislativ­as”. Lo mismo han hecho en EEUU.

Los padres y cuidadores deberían hacerse cargo de la responsabi­lidad de sus hijos. Pero las agencias de talento y los anunciante­s podrían dar un paso adelante y crear nuevas normas. Muchos niños son una buena estrategia de ventas que, según los analistas, son más eficaces que los adultos vendiendo juguetes, juegos y servicios a otros niños. Las agencias suelen oponerse a actuar por el coste potencial, afirma Crystal Abidin, antropólog­a digital y profesora de la Curtin University en Australia. “Cuando hablas de comerciali­zar la infancia, las marcas son los verdaderos guardianes que dan forma a la industria y la aceleran”, concluye.*

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TikTok, Instagram y YouTube son las plataforma­s más utilizadas por los menores. ◂ Hay padres que fomentan la tendencia creando ‘canales familiares’ en las redes. ▸
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