El Tesoro hiló fino ante la subida de tipos

El Tesoro Público ha realizado en la última década un buen trabajo no dejándose seducir por los tipos de interés negativos que ofrecía la emisión de deuda a corto plazo. En su lugar, comenzó a trabajar en alargar la vida media de su cartera de emisiones para blindar al país, muy endeudado, para cuando llegase el momento en el que el Banco Central Europeo tirase del freno de mano y subiese los tipos de interés. Y ese momento ha llegado. La institución que hoy dirige Carlos Cuerpo, que ha continuado la labor realizada a lo largo de toda la pasada década por los distintos secretarios generales, concede a España un soplo de oxígeno en un momento en el que se multiplican las dificultades. En un contexto delicado por la elevada inflación y el impacto sobre el crecimiento de la guerra en Ucrania, el Tesoro ha alcanzado un nivel récord de blindaje respecto a las subidas de tipos de interés al reducir la necesidad de refinanciar su cartera a un 12% cada año, lo que retrasará el impacto en las cuentas del encarecimiento del precio del dinero. Esta medida, sin embargo, no debe tomarse como una carta blanca para seguir elevando el endeudamiento, sino como una oportunidad. Una vida extra en la partida que se debe aprovechar para poner las cuentas en orden. Se trata de una misión clave de cara a 2024, cuando las normas de estabilidad financiera volverán a estar vigentes tras la supresión temporal –independientemente de si son reformadas para actualizar los objetivos a los tiempos modernos– para evitar quedar de nuevo señalados ante la lupa de los inversores, como ocurrió en 2012.