¿Dónde irá el Nasdaq tras el ‘rally’ del 20% desde mínimos?
El dato de inflación de julio de EEUU coronó el miércoles el despegue del Nasdaq desde sus mínimos anuales. Ayer cedió el 0,58%, pero sigue en el foco.
El Nasdaq hizo ayer un descanso tras una escalada que le llevó el miércoles a acumular una ganancia del 20% desde sus mínimos del pasado junio. Animado por las últimas cifras de inflación, que hacen pensar en movimientos menos agresivos de los descontados en los tipos, los inversores siguen muy de cerca los valores tecnológicos. El sentimiento general es que el sector podrá capear la recesión.
Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon y Tesla, los gigantes de la industria tecnológica, habían sumado a comienzos de semana 1,3 billones de dólares (1,2 billones de euros) a su capitalización desde principios de julio, lo que ha enchufado energía al indicador. Sin embargo, los inversores vigilan de cerca a la Reserva Federal, para ver hasta qué punto mantendrá su política de ajustes contra la inflación. De ello dependerá cómo de efímero sea el despegue. De momento, la recuperación se ha fraguado en un entorno en el que no se descartan grandes rebajas de los beneficios, tanto este año como el próximo.
“Los resultados del segundo trimestre han provocado importantes ajustes a la baja en las previsiones de beneficio del Nasdaq 100, incluyendo un recorte del 5,5% en la estimación para 2022 y una rebaja del 6,5% en las previsiones para 2023. Esto se traducirá en un descenso de miles de millones en los beneficios de las empresas tecnológicas estadounidenses”, advierte Andrew Lapthorne, estratega de Société Générale.
Sin embargo, Jon Guinness, cogestor del Fidelity International American, opina que la venta de valores tecnológicos en el primer semestre muestra que muchos inversores estaban recortando sus posiciones antes de tiempo en previsión de una ralentización significativa de los beneficios en todo el sector.
Perspectivas
Fidelity prevé que el gasto mundial en tecnología se mantendrá, aunque las empresas retrasen o cancelen algunos proyectos este año.
“Un 20% de los nuevos coches producidos en Europa son ahora vehículos eléctricos, que son ordenadores sobre ruedas. Los cambios tectónicos que impulsan la adopción de la tecnología siguen ahí”, explica.
Desde mediados de julio, los minoristas son también más optimistas con respecto al sector, según Morgan Stanley. “La participación de los pequeños inversores tiende a ser mayor en sectores como la tecnología y los servicios de comunicación, con empresas que conocen y por las que se sienten atraídos”, sostiene Boris Lerner, analista de la firma. Aun así, los flujos a los ETF del sector, un barómetro de la confianza, indican que, en general, el apetito de los inversores por una mayor exposición es todavía moderada. No obstante, algunos analistas consideran que los argumentos a largo plazo para comprar tecnológicas son sólidos, aunque a corto haya obstáculos. La gestora Polar Capital, advierte de que los márgenes podrían verse afectados por las presiones inflacionistas, el aumento de los costes salariales, los desafíos de la cadena de suministro y la fortaleza del dólar. Sin embargo, espera que este año el gasto en tecnologías de la información a nivel mundial aumente entre un 2% y un 4%.
La semana pasada, el gestor de capital riesgo estadounidense Thoma Bravo acordó pagar 2.800 millones de dólares en efectivo para comprar el especialista en ciberseguridad Ping Identity, con una prima del 63% sobre la cotización.
Además, según los más optimistas, los descensos del primer semestre han reforzado el atractivo del sector. A principios de enero, el sector tecnológico del S&P cotizaba con un múltiplo precio beneficios a 12 meses de 28 veces , pero a finales de junio había caído a 19,2, según los datos de Refinitiv. Incluso con las recientes ganancias, sólo cotiza a unas 21 veces los beneficios futuros.
Jonathan Curtis, cogestor del Fondo de Tecnología de Franklin Templeton, cuyo patrimonio alcanza los 7.400 millones de dólares, cree que el sector tecnológico sigue cotizando con una prima respecto al mercado de renta variable estadounidense.
Pero cree que “la valoración actual de las tecnológicas no es excesiva. Refleja el aumento de los márgenes de beneficio en los últimos 12 años, los crecientes niveles de ingresos recurrentes y la fuerte dinámica de crecimiento”, asegura.