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La AIE ve al alza la demanda de crudo mientras la OPEP limita producción

La Agencia Internacio­nal de la Energía afirma que la escalada de los precios del gas está impulsando el consumo de petróleo como sustituto; la OPEP disiente y recorta sus previsione­s.

- DISCREPANC­IA/ J. Díaz.

De las tensiones geopolític­as a las discrepanc­ias geoenergét­icas. El mundo, cada vez más dividido en bloques, no logra ponerse de acuerdo ni siquiera en aspectos tan cruciales para el futuro de la economía global como sus necesidade­s energética­s. La Agencia Internacio­nal de la Energía (AIE), el brazo energético de la OCDE, revisó ayer al alza sus perspectiv­as de crecimient­o de la demanda mundial de petróleo para este año. Lo hizo a través de su ultimo informe petrolero mensual, en el que alerta de que la escalada de los precios del gas está derivando parte de la demanda gasista hacia el crudo para generar electricid­ad y lo está haciendo, además, a un ritmo “vertiginos­o”. “Con varias regiones sufriendo olas de calor abrasadora­s, los últimos datos confirman un mayor uso de petróleo en la generación de energía, especialme­nte en Europa y Oriente Próximo, pero también en toda Asia”, señala el lobby energético. El resultado es que, pese al enfriamien­to de la demanda global por los vientos de recesión que ya soplan sobre algunas economías, la AIE prevé un incremento del consumo de crudo en los próximos meses. La agencia espera ahora que la demanda mundial de oro negro aumente en 2,1 millones de barriles diarios este año; esto es, 380.000 barriles más que su estimación anterior, hasta alcanzar los 99,7 millones de barriles al día en 2022. Esta previsión vuelve a añadir cierta presión al precio del crudo, que en las últimas semanas se ha desinflado por debajo de los 100 dólares por barril. Ayer, la cotización del Brent, crudo de referencia en Europa, repuntaba más de un 2% y rozaba de nuevo los 100 dólares.

La visión de la AIE contrasta con la de la OPEP. En otro informe publicado ayer en paralelo, el cartel petrolero aplicó la tijera a sus perspectiv­as de crecimient­o de la demanda este año, su tercer recorte desde abril. Aunque todavía prevé una mejora significat­iva para el conjunto del ejercicio (alrededor de un 3%), la OPEP cree que, a pesar de la tendencia observada de quemar más petróleo para generar electricid­ad, la demanda mermará en la segunda mitad del año bajo la amenaza de nuevas restriccio­nes por el Covid, especialme­nte en China, donde varias ciudades han impuesto ya confinamie­ntos por los rebrotes, y las incertidum­bres derivadas de las tensiones geopolític­as, que ya han frenado en seco la recuperaci­ón económica y hace prever una menor de19 20 21 22 25 26 manda de crudo. En este contexto, y en clara discrepanc­ia con la AIE, la OPEP considera que ya en este tercer trimestre se producirá un excedente de oferta y que los países miembros del cártel necesitará­n bombear en las próximas semanas menos crudo del que extrajeron en julio: en concreto, unos 570.000 barriles diarios menos. Esta previsión se conoce apenas una semana 27 28 29 1 2 3 después de que el cartel pactara una subida mínima de su producción en septiembre: 100.000 barriles diarios frente a los 400.000 que le reclamaba la Administra­ción Biden. Y se produce, además, en un contexto en el que la OPEP no está cumpliendo con las cifras de bombeo acordadas entre sus miembros, recortando de facto la producción. Frente al incremento adicional de 4 5 8 9 10 11 400.000 barriles diarios pactado para julio, el alza conjunta de la producción apenas fue de 160.000 barriles. El problema es que, al margen de Arabia Saudí y Emiratos Árabes, el resto de países de la OPEP apenas tiene margen para elevar sus volúmenes de extracción por falta de inversión y de medios técnicos.

Más allá de las visiones dispares de la AIE y la OPEP, el

freno del petróleo en las últimas fechas ha permitido aliviar el coste de los combustibl­es. En la última semana, el precio medio del litro de gasolina se ha abaratado otro 2,2% y el del gasóleo algo más de un 2%, encadenand­o siete semanas de caídas. Desde finales de junio, ambos carburante­s se han abaratado un 12%.

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