Albares no descarta un corte total del gas ruso a Alemania
De gran locomotora europea a ser uno de los engranajes más vulnerables de la maquinaria económica continental por su dependencia del gas ruso. Es el paso atrás sufrido por Alemania. Sus problemas se arrastran desde incluso de antes de la pandemia por la gran sensibilidad de la industria y el sector exportador germanos a una demanda global que lleva siendo inestable desde hace tiempo, pero se han visto notablemente recrudecidos por la guerra en Ucrania y el pulso económico y energético de Occidente con el régimen de Vladímir Putin.
Un corte total en el suministro de gas ruso llevaría a Alemania a la recesión. De hecho, su economía ya se estancó en el segundo trimestre. Un escenario que, cada día que pasa, Europa teme más probable, incluida España. El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, admitió ayer que la posibilidad de que Rusia cumpla su amenaza y cierre el grifo del gas a Alemania “es un escenario que hay que manejar”. Así lo afirmó en una entrevista en TVE en la que añadió que, si bien no busca hacer “política de ficción”, “hay que estar preparado para todos los escenarios”.
El Gobierno español comienza así a alentar a la opinión pública a ponerse la venda ante una herida que amenaza con producirse en invierno (la propia vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha advertido de que “hay que prepararse para lo peor”. Eso sí, el Ejecutivo español alterna una de cal y otra de arena y aunque empieza a admitir que “vienen curvas” también para España, como señaló Calviño hace una semana, Albares intentó suavizar ayer el impacto que ese cerrojazo gasístico a Alemania tendría sobre nuestro país.
Así, el ministro de Exteriores insistió en que España no sufre actualmente problemas de abastecimiento energético y que, ante ese posible escenario en Alemania, nuestro país sería parte de la solución porque “tenemos el 50% de la capacidad de regasificación de Europa”. Las declaraciones del ministro se producen, sin embargo, en un momento de fuerte tensión política y diplomática con Argelia, tradicionalmente el mayor suministrador de gas de España, a cuenta del volantazo del Gobierno de Sánchez sobre el Sáhara Occidental. Unas tiranteces que ya tienen reflejo en el flujo gasístico entre ambos países y que han dado lugar a situaciones paradójicas. Y es que España redujo un 42% las importaciones de gas argelino entre enero y julio mientras que, sorprendentemente, aumentó las compras a Rusia. En concreto, las importaciones españolas de gas ruso crecieron un 15,6% entre enero y julio, según los datos del último boletín estadístico de Enagás, lo que no acaba de casar con un escenario en el que la UE busca soltar amarras energéticas con Rusia, aunque es cierto que las compras en julio ya se redujeron de forma significativa sobre junio (un 40%).
Albares defendió el plan de ahorro energético aprobado por el Gobierno, que ha recibido numerosas críticas por parte de los sectores más afectados y de algunas autonomías, que pedían medidas consensuadas, y arremetió contra el PP por plantear dudas sobre una iniciativa que, según el ministro, busca “defender y proteger a los ciudadanos españoles”.
España reduce un 42% la importación de gas argelino, pero eleva un 15,6% las compras a Rusia