Alemania ha pasado de ser el motor de la eurozona a convertirse en el eslabón más frágil
LA PRIMERA POTENCIA DE LA UE SE RALENTIZA/ EL MODELO ECONÓMICO ALEMÁN, QUE DEPENDE MUCHO DE LAS EXPORTACIONES, SE HA VISTO GOLPEADO POR LA DEBILIDAD DE LA DEMANDA MUNDIAL, EL CONFLICTO DE TAIWÁN Y LOS PROBLEMAS EN LAS CADENAS DE SUMINISTRO PARA LA INDUSTR
Christian Lindner, ministro de Finanzas alemán, no bajó los puños al describir la desalentadora nueva realidad a la que se enfrenta la mayor economía europea. Las perspectivas del país son “frágiles”, subrayó este miércoles.
Las previsiones de crecimiento se han rebajado. La vida es “mucho más cara para mucha gente” con la subida de los precios del gas, de la energía y de los alimentos.
Sobre Alemania se cierne una borrasca que ensombrece su futuro económico. Junto con la creciente inflación, los persistentes problemas en la cadena de suministro y una demanda global más débil ejercen gran presión sobre la industria.
“Lo más preocupante es la amplia base que tiene la debilidad en la economía”, afirma Clemens Fuest, director del Instituto de Investigación Económica (IFO), con sede en Munich. En las crisis anteriores, los servicios sufrieron, pero la industria se recuperó y viceversa. “Sin embargo, ahora la debilidad está en todas partes”.
El motor de la eurozona se ha convertido en su eslabón más débil. La economía alemana se estancó entre el primer y el segundo trimestre, mientras que la Unión Europea en su conjunto creció un 0,7%.
El mes pasado el FMI recortó sus previsiones de crecimiento para Alemania en 2023 en 1,9 puntos, hasta el 0,8%, la mayor rebaja de todos los países. Mientras Italia, España y Francia registraron un crecimiento mayor, gracias a la fuerte recuperación del turismo, Alemania ha tenido que apoyarse en la demanda interna.
Sin embargo, el hecho de que los consumidores estén afrontando un elevado nivel de inflación, está afectando negativamente al gasto y la confianza. Las ventas minoristas cayeron un 8,8% comparado con el año anterior, una caída récord.
Inseguridad
“La gente se siente muy insegura”, afirma Monika Schnitzer, profesora de economía en la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich y miembro del panel de economistas que asesoran al gobierno alemán. “Les han dicho que guarden el dinero para las facturas de la luz y eso ha hecho caer el consumo”.
La economía alemana está tan débil que muchos temen una recesión técnica, que son dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. Los pesimistas apuntan al descenso de los niveles de agua del Rin, que afectan al tráfico fluvial en una de las áreas más industrializadas de Alemania, el reciente aumento de las tensiones entre Pekín y Taiwán, y la perspectiva de una crisis global, que siempre es un problema para las economías orientadas a la exportación, como Alemania.
El BDI, el principal lobby empresarial de Alemania, cree que la recesión es cada vez más probable. La gente normal y también las empresas sufren los altos precios de la energía que están atizando la inflación, mientras la estrategia de Covid cero de China está “paralizando el comercio global”.
Schnitzer cree que mucho depende de si Rusia corta el gas por completo y de si China cierra los puertos y fábricas en Pekín si aumenta el número de casos de Covid. “Si las cosas no empeoran en Estados Unidos y China, podríamos evitar la recesión, pero no podemos esperar un repunte significativo”, afirma. “En cualquier caso, la incertidumbre es enorme”.
Los datos recientes son munición para los que prevén una crisis. El índice de confianza empresarial de IFO el mes pasado cayó a su nivel más bajo en dos años. Aunque la producción industrial experimentó un ligero incremento en junio, los pedidos cayeron un 0,4%, la quinta caída mensual consecutiva, y ahora está un 9% por debajo de su nivel hace un año.
El principal desafío de las empresas es abordar lo mejor posible los problemas de la cadena de suministro y hacer frente a las subidas de los precios de gas. “No esperan alivio en ninguno de los dos lados del estrecho”, afirma Fuest, de IFO.
El 73,3% de las empresas sondeadas por IFO en julio afirman que experimentaron desabastecimientos, un 90% en el sector de la electrónica, la construcción de maquinaria y el automóvil, que intentan hacerse con todos los materiales y productos intermedios que necesitan.
El mayor problema es el incremento de los precios de la energía. Hans Jürgen Kerkhoff, presidente de la Federación Alemana del Acero, afirma que el sector está incurriendo en costes adicionales de unos 7.000 millones de euros al año, comparado con 2021, con el aumento de las facturas de gas y electricidad.
El plan del Gobierno de imponer un impuesto sobre los consumidores de gas para ayudar a las empresas proveedoras “añadiría otros 1.000 millones”, dice el grupo.
Sin embargo, algunas empresas son optimistas. Una de ellas es Deutsche Post DHL, con sede en Bonn, uno de los mayores grupos logísticos por ingresos que registró beneficios récord el año pasado.
La demanda global más débil ha bajado los precios del petróleo, lo que significa una inflación más baja. También están bajando las tarifas en el transporte aéreo y marítimo. Todas son tendencias sanas.
También hay otros destellos de esperanza. “El hecho de que las empresas tengan pedidos acumulados habla en contra de una recesión”, afirma Nils Jannsen del Instituto Kiel para la Economía Mundial. Eso debería permitirles intensificar la producción, aunque los pedidos se estanquen o cancelen, añade.
El gobierno alemán no está muy alarmado por las estadísticas a la baja. “Muchas empresas nos dicen que, aunque no reciban nuevos pedidos, aún tienen trabajo para los dos próximos años”, afirma un funcionario. La recesión es aún una posibilidad, dice, pero podría “ser suave, con un crecimiento por debajo de cero durante dos trimestres y con las empresas pagando sus facturas y superando el invierno”.
Sin embargo, el futuro es tan complicado que el Gobierno adoptará próximamente su tercer paquete de medidas para la población desde el estallido de la guerra en Ucrania. Lindner afirma que quiere elevar el techo del impuesto sobre la renta y también los subsidios a la infancia y la exención de impuestos. “Ante esta situación, tenemos que actuar”, afirmó.
Italia, España y Francia han registrado un crecimiento mayor por la explosión del turismo
Las empresas y los ciudadanos están soportando una inflación muy elevada
El Instituto de Kiel piensa que Alemania puede esquivar la recesión por la acumulación de pedidos