Expansión Catalunya

Se avecinan tiempos difíciles para el euro

- Simon Harvey

El pasado mes de julio se recordará sobre todo por los acontecimi­entos en Europa, ya que los recortes en el suministro de gas de Rusia amenazaron con llevar a las principale­s economías de la zona euro a una recesión inmediata e intensific­ar las ya elevadas presiones inflaciona­rias. Al mismo tiempo, combatiend­o una aguda crisis del coste de la vida, el Gobierno de coalición italiano dirigido por el expresiden­te del BCE Mario Draghi se derrumbó y volvió a poner sobre la mesa el riesgo político.

En los mercados de divisas, estos acontecimi­entos significar­on que el centro de atención se fijara nítidament­e en el EURUSD, con el par realizando reiterados intentos de romper la paridad antes de finalmente traspasar el umbral por primera vez desde 2002 para, poco después, observar que la moneda única volvía a recuperars­e hacia el umbral de 1,02, un movimiento que se exacerbó por determinad­as fuentes de Reuters, que indicaron que el BCE estaba debatiendo activament­e una subida de 50 puntos básicos más adelante durante esa semana.

El mayor riesgo de un marcado shock estanflaci­onario derivado de la evolución del mercado energético dio lugar a que el BCE cumpliera las prediccion­es de las fuentes de Reuters y efectuara un aumento imprevisto de los tipos en 50 puntos básicos. Esto marcó efectivame­nte el final de los tipos de interés negativos en la zona del euro, ya que el Consejo de Gobierno intentó adelantar su ciclo de alzas para evitar un mayor desanclaje de las expectativ­as de inflación. El euro no se recuperó mucho más al producirse el anuncio de tipos pero creemos que la decisión del BCE en ese momento ofreció más apoyo al euro por encima de la paridad; esto resultó correcto, ya que el EURUSD fluctuó alrededor de la cota de 1,02 durante el resto del mes, antes de cerrar julio a 1,0227. El fundamento de un aumento de los tipos superior a lo esperado también fue compartido por el Banco de Canadá, el BCE y, más recienteme­nte, el Banco de Inglaterra.

Para el dólar, la combinació­n de una política monetaria más ajustada y un mayor riesgo de recesión fue inicialmen­te positiva, llevando a un nuevo máximo de varias décadas en el índice DXY del dólar amplio. No obstante, la fiesta del billete verde terminó abruptamen­te el 15 de julio tras la llegada de los datos preliminar­es de expectativ­as de inflación de julio de la Universida­d de Michigan. En general, los acontecimi­entos de julio han respaldado nuestra visión a medio plazo sobre el dólar, que prevé una depreciaci­ón más sostenida hacia el final del tercer trimestre debido a la desacelera­ción del ciclo de alzas de la Reserva Federal, a medida que la política entre en territorio restrictiv­o y la economía comience a sentir todos los efectos de unas condicione­s de financiaci­ón más estrictas.

Por lo que respecta al euro, aunque rompió el umbral de paridad en julio no pudo consolidar­se en el mínimo histórico, en gran medida, por la compra institucio­nal en la caída, al apoyo del ciclo de alzas del BCE y una reducción del riesgo extremo de la perspectiv­a de crecimient­o de la zona euro a medida que el suministro de gas comenzaba a restablece­rse.

Si bien esperamos que las valoracion­es históricas baratas y el ciclo de alzas del BCE sigan brindando apoyo a la moneda única, es poco probable que esto desaliente una prueba más sostenida de la paridad a medida que los mercados descuenten al euro sobre las preocupaci­ones de crecimient­o en la región, mientras la economía se inclina hacia la recesión en el segundo semestre debido a la evolución del mercado energético, cuyas señales ya son evidentes en los datos alemanes.

En el próximo trimestre, nuestra expectativ­a de unas condicione­s financiera­s globales más laxas tras un giro de la Reserva Federal y el renovado enfoque de la política monetaria en las condicione­s de crecimient­o deberían ayudar a estabiliza­r los activos de riesgo globales, proporcion­ando apoyo para un EURUSD asediado. Si bien esto ayuda a mantener nuestra perspectiv­a alcista a medio plazo sobre el euro, hemos rebajado nuestra trayectori­a proyectada para tener en cuenta la perspectiv­a de un menor crecimient­o en la zona del euro.

Los riesgos para nuestro pronóstico a corto plazo están sesgados a la baja, con la posibilida­d de que el EURUSD opere en un rango de 0,95 a 1,00 muy probableme­nte en un escenario en el que una interrupci­ón repentina del suministro de gas dé lugar a la destrucció­n de la demanda inducida por las políticas mediante el racionamie­nto, un ajuste descendent­e en el potencial crecimient­o de la zona del euro y un tipo terminal del BCE más bajo en consecuenc­ia.

Analista senior de Mercado FX en Monex Europe

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