Vodafone gana con la salida de Hungría
Ahora mismo, el consejero delegado Nick Read debe estar tarareando el himno nacional húngaro. Su declaración sobre la venta del negocio de Vodafone en Hungría complacerá a los patriotas locales y a los inversores internacionales. La misión de digitalización de Hungría es elogiada junto al saludable múltiplo de la venta. Pocas veces las presiones para la desinversión por parte de un gobierno populista han encontrado una respuesta tan positiva. El crecimiento se ha estancado en el grupo de telecomunicaciones cotizado en Reino Unido.
Otros operadores extranjeros, en particular Deutsche Telekom, deberían inquietarse ante la venta por 715.000 millones de florines húngaros (1.800 millones de euros). Observarán que un hólding estatal húngaro está comprando en asociación con el grupo local 4iG.
El Gobierno de Orbán decretó a principios de junio impuestos adicionales sobre las telecomunicaciones y otras industrias. Esto habría perjudicado a Vodafone Hungría. El principal operador del país, Magyar Telekom, culpó al impuesto de no haber alcanzado su objetivo de beneficios en el segundo trimestre. Deutsche Telekom es el propietario mayoritario de la empresa, cotizada en Budapest.
Los compradores de Vodafone Hungría, que no cotiza en Bolsa, pagan un precio aceptable de 9,1 veces el ebitda final. Esta operación parece oportuna y bien valorada, aunque pequeña, al representar el 1,5% del ebitda del grupo. Vodafone mantendrá un centro de llamadas en el país. Su filial Vantage Towers seguirá operando las antenas de telefonía móvil en el país.
Cabe preguntarse cuánto tiempo pasará antes de que Deutsche Telekom reciba una oferta por su participación en Magyar Telekom que no pueda rechazar.
Vodafone es inteligente o tiene suerte de conseguir un buen precio por su unidad húngara. Otras multinacionales podrían tener que salir de la órbita de Orbán a un coste mayor.