Inversiones en infraestructuras hidráulicas, la otra sequía
Mientras el Gobierno apunta a las comunidades de regantes por su elevado consumo de agua, a pesar de que “la gran mayoría de los regadíos en España han sido por iniciativa pública”, recuerda Fenacore, el campo español reprocha al unísono la falta de previsión de la clase dirigente y su visión cortoplacista en las políticas del agua. “Necesitamos un Plan Hidrológico nacional en el que se replantee todo, especialmente en un escenario de cambio climático”, afirma Andrés Góngora, de COAG, quien agrega que “necesitamos capacidad de embalse, de trasvase, para la recarga de acuíferos...” En otras palabras, el sector demanda inversiones que no llegan pese a ser muy necesarias, y, sobre todo, una política del agua con visión de largo aliento.“Una inversión hidráulica como Dios manda y planificación a largo plazo”, resume Ignacio López, de Asaja. “No hubiéramos llegado a esta situación tan grave si la Administración hubiera prevenido y tomado medidas estructurales como embalses o trasvases”, subraya el presidente de AVA-Asaja, Cristóbal Aguado, quien denuncia que “en los últimos años el Ejecutivo no ha construido ningún embalse nuevo y ha demonizado los trasvases, actuaciones que, a la vista de las actuales restricciones, a poco que se hubieran avanzado paliarían los efectos del cambio climático”. En esa línea de denuncia se manifiesta Fenacore, que lamenta que sólo se hayan ejecutado
2 de cada 10 euros “de la inversión prevista en los anteriores planes hidrológicos, por lo que un porcentaje elevado de infraestructuras hidráulicas de interés general no se han realizado”. El resultado es que, mientras que el sector urge al Gobierno a convocar ya la Mesa de la Sequía, cosa que sigue sin hacer pese a la gravedad de la situación, los embalses españoles se encuentran por debajo del 38% de su capacidad, su nivel más bajo en 27 años. En España llueve poco, cada vez menos, pero tampoco se invierte en infraestructuras hídricas. Es la otra sequía.