Las nucleares en el nuevo mapa global
La decisión del Gobierno japonés de volver a apostar por la energía nuclear para poder cubrir la demanda eléctrica del país el próximo invierno refuerza el renovado protagonismo de esta fuente en la forzosa reconfiguración del mapa energético global. La necesidad estratégica de reducir su dependencia del exterior (actualmente importa de Rusia un 9% del gas natural licuado que consume), así como su condición insular, han llevado al primer ministro Fumio Kishida a revertir el ‘apagón nuclear’ decretado en 2011, tras el accidente causado por un tsunami en la central de Fukushima, para hacer frente a la amenaza de apagones que sufren las grandes ciudades de Japón debido a que la escasez de terreno y el clima inestable limitan el desarrollo de energías renovables en la isla. Antes del ‘apagón nuclear’, el país generaba un tercio de la electricidad consumida con 54 reactores nucleares, de los que sólo 6 han seguido operando. El objetivo ahora es que las nucleares aporten el 20% de la producción eléctrica en 2030 y ayuden a lograr los objetivos de reducción de emisiones, para lo que se reiniciarán nueve reactores este año, otros siete tras el verano de 2023 y se prolongará la vida útil de las centrales por encima de 60 años. Japón también prevé desplegar en el futuro pequeños reactores modulares, más seguros y menos costosos. Una apuesta similar a la de Francia, que ha sido criticada entre otros por el Gobierno de Pedro Sánchez, que mantiene inalterado su plan para cerrar las centrales existentes. Siendo España una isla energética, urge un debate serio sobre la utilidad de la nuclear para tener un equilibrado y sostenible.