Philips no concilia el sueño
Ala empresa neerlandesa Philips se le encendió la bombilla hace años cuando decidió abandonar la electrónica de consumo para centrarse en los dispositivos médicos más caros. Hasta hace poco, el movimiento funcionaba a las mil maravillas. Pero la retirada de uno de sus productos, que ayuda a combatir los trastornos del sueño, ha afectado a su cotización. El arquitecto de la estrategia sanitaria, Frans van Houten, dejó Philips el mes pasado. Se avecinan litigios por parte de los pacientes estadounidenses afectados. Una carta del grupo de accionistas holandés VEB enviada este lunes amenaza con más demandas.
El problema de Philips tiene que ver con sus dispositivos médicos para tratar la apnea del sueño. Philips decidió retirar sus dispositivos, que se llevan sobre la cara, en abril de 2021 en EEUU tras años de quejas en el país. En noviembre, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EEUU emitió un informe en el que culpaba a Philips. El precio de las acciones de Philips ha perdido más del 60% de su valor desde la retirada, unos 30.000 millones de euros.
Su negocio de apnea del sueño no puede asumir toda la culpa. Antes de la retirada, estos dispositivos generaban solamente un 4% de los ingresos del grupo, siendo una de sus unidades más rentables, según Barclays.
Está claro que el mercado está más preocupado por los miles de millones de dólares en costosos litigios por responsabilidad civil en EEUU. A pesar de las palabras tranquilizadoras de Philips, hasta ahora sólo ha reservado 880 millones de euros para cubrir los gastos de la retirada de productos. Lo más preocupante es que la FDA afirma que las reclamaciones se han acelerado desde mayo, con 168 muertes atribuidas a estos dispositivos. Philips admite que aún no conoce el alcance de las reclamaciones judiciales estadounidenses en su contra. Hasta que lleguen más noticias, los inversores deberían evitar sus acciones.