Expansión Catalunya

La segunda vida de la familia Ferrer tras la ‘venta’ de Freixenet

Josep Maria Ferrer impulsa un proyecto de producción exclusiva en las fincas históricas del grupo.

- SECTOR VITIVINÍCO­LA/ Eric Galián.

No es fácil desentende­rse de un negocio cuando tu familia ha estado vinculada a él desde hace más de 150 años. Esa pulsión emprendedo­ra ha permanecid­o en los miembros de la familia Ferrer, histórica propietari­a de Freixenet, después de que una rama del clan vendiese el 50% de la compañía de vinos espumosos al gigante alemán Henkell (Dr. Oetker) hace cuatro años.

Los hijos de Josep Ferrer Sala, timonel del grupo desde 1958 –que no vendió su participac­ión y aún controla el 43% del capital de la bodega–, han desarrolla­do sus propios proyectos vitiviníco­las tras dejar el día a día y asimilar el cambio de manos.

El primogénit­o, Pere Ferrer Noguer, se ha hecho cargo de los vinos de Rioja, Ribera del Duero y Rías Baixas que comerciali­zaba la histórica empresa y ya no interesaba­n a la nueva gerencia germana, y lo hace bajo la marca Ferrer Miranda. El menor, Josep Maria Ferrer Noguer, ha creado la marca Vins Família Ferrer, que agrupa la producción de las históricas fincas de la familia, de las que Josep Ferrer Sala no se desprendió.

Vins Família Ferrer prevé vender este año 16.000 botellas entre cavas y vinos tranquilos

Orígenes

Se trata de Can Sala, de donde era originaria Dolors Sala, madre del patriarca, que se hizo cargo del grupo entre 1939 y 1958, y La Freixeneda, de donde procedía Pere Ferrer Bosch, su marido, artífice de la expansión de la empresa en las primeras décadas del siglo XX –falleció durante la Guerra Civil– y apodado El Freixenet. El nuevo proyecto agrupa un total de 198 hectáreas e incluye, además de las dos propiedade­s en Sant Quintí de Mediona (Alt Penedès), 13 hectáreas en Bellmunt del Priorat.

En Can Sala se producen de forma tradiciona­l los cavas de paraje cualificad­o Can Sala y Vinyes de Can Sala, de los que Josep Maria Ferrer quiere “extender su crianza” más allá de los 36 meses y hacer de ellos “productos únicos y exclusivos” enfocados a un público entendido. En La Freixeneda, por su parte, se embotellan seis vinos tranquilos, tres blancos y tres tintos, cuya producción no supera las 4.000 botellas por añada en cada caso. Todos forman parte de la DO Catalunya. “Como tenemos un espacio limitado, nuestra filosofía es crecer en calidad”, subraya Ferrer, que ha fichado a la enóloga Judit Llop para acompañarl­e.

Vins Família Ferrer prevé comerciali­zar este año 16.000 botellas y alcanzar las 20.000 en 2023. Entre el 40% y el 45% de su cifra de negocio proviene de las exportacio­nes, con Suecia, Noruega, Finlandia y el continente asiático como mercados principale­s. El 30% se distribuye a particular­es, mientras que el 20% se vende al canal Horeca en España, todavía afectado por el Covid. “Nuestro objetivo es que estos tres segmentos se equilibren y represente­n un 30% cada uno”, subraya.

Con una facturació­n de 900.000 euros prevista para 2022, la firma vende también aceite y ha comenzado a plantar pistachos por su alta rentabilid­ad, una tendencia que se está extendiend­o por muchas fincas vitiviníco­las españolas.

 ?? ?? Pau Gasol sigue desarrolla­ndo su faceta como inversor.
Pau Gasol sigue desarrolla­ndo su faceta como inversor.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain