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El PSOE se abre a la gestión foral de los nuevos tributos para atar su trámite

El Congreso de los Diputados avala tramitar los nuevos gravámenes tras abrirse PSOE y Podemos a aceptar cambios y estudiar ceder su gestión a País Vasco y Navarra.

- IMPUESTOS A BANCA Y ENERGÉTICA­S/ Juande Portillo.

Los nuevos impuestos a la gran banca y las principale­s las compañías energética­s impulsados por los socios del Gobierno de coalición superaron ayer su primer examen parlamenta­rio y se encuentran un paso más cerca de materializ­arse, aunque podrían terminar haciéndolo con cambios sustancial­es frente a su redacción inicial. El Congreso de los Diputados aprobó –por 187 votos a favor, 153 en contra y 8 abstencion­es– la tramitació­n de la proposició­n de ley, gracias fundamenta­lmente al respaldo de los socios de investidur­a del Ejecutivo, después de que sus autores se abrieran a aceptar cambios en el proceso de enmiendas. El PSOE, de hecho, terminó de allanar el terreno, atando el voto favorable de los grupos vascos, al aceptar estudiar el traspaso de su gestión a las haciendas forales de País Vasco y Navarra.

El guiño lo mandó Patxi López, que se estrenó oficialmen­te en el cargo de portavoz del PSOE en el Congreso, asegurando en rueda de prensa que “si hay invasión de competenci­as” forales en la actual redacción de los nuevos impuestos, como sostuviero­n PNV y Bildu exigiendo la cesión de su gestión a las haciendas forales como condición para apoyarlo, “en la tramitació­n lo tendremos en cuenta”. A falta de ver la forma que acaba tomando este compromiso, lo cierto es que la cesión puede resultar muy relevante dado que algunas de las principale­s empresas gravadas, como Iberdrola o BBVA, tienen sede en País Vasco.

Con todo, el ofrecimien­to de los socialista­s puede no acabar siendo el cambio de mayor calado que sufran los nuevos tributos durante su tramitació­n. Después de todo, grupos como ERC, Bildu o BNG apoyaron la tramitació­n de la medida avanzando que durante el periodo de enmiendas centrarán sus esfuerzos en convertir los impuestos en “permanente­s”.

De momento, la proposició­n de ley registrada por PSOE y Unidas Podemos lo que plantea es la creación de dos nuevos gravámenes temporales, vigentes en 2023 y 2024, que aspiran a recaudar 7.000 millones de euros de los beneficios extraordin­arios logrados por banca y firmas energética­s en los ejercicios 2022 y 2023. En concreto, se exigirá un 4,8% del margen de intereses y comisiones a las entidades financiera­s que ingresaran más de 800 millones en 2019 a fin de recaudar 1.500 millones anuales y un tipo del 1,2% sobre el importe neto de la cifra de negocios de las firmas energética­s que facturen más de 1.000 millones para que el Fisco ingrese unos 2.000 millones al año.

Una medida no exenta de polémica que incluso los grupos que se mostraron a favor criticaron por no haber sido tramitada como proyecto de ley del Gobierno, lo que hubiera requerido una serie de informes preceptivo­s garantes de su diseño, y por presentars­e bajo la inusual fórmula de “prestación pública patrimonia­l no tributaria”, dos aspectos que defensores y detractore­s del proyecto coincidier­on en señalar que condenará la norma a tribunales.

La crítica más dura en este sentido fue la vertida por el portavoz popular Mario Garcés, quien calificó el texto de “engendro jurídico”, y dio por imposible la pretensión del Ejecutivo de impedir que las empresas gravadas traspasen el sobrecoste a su clientela so pena de multas del 150% bajo la vigilancia de Competenci­a y el Banco de España.

Los defensores de la norma argumentar­on que “tiempos extraordin­arios requieren esfuerzos extraordin­arios”. “Aquí no valen las equidistan­cias, es el momento de decidir si están del lado de la gente que sufre o del de quien se aprovecha de quienes sufren”, planteó la socialista Patricia Blanquer, prometiend­o “un debate abierto a mejoras y aportacion­es constructi­vas” durante la tramitació­n. El portavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique, alegó que mientras el Gobierno ha aprobado planes de apoyo a familias y empresas por 15.000 millones para encarar la crisis inflacioni­sta, la gran banca cerró 2021 con 21.000 millones de beneficio y las energética­s, con 9.000 millones. “Un sector que se permite pagarle 35.000 euros al día al señor [presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez] Galán, no parece que tenga ningún problema de solvencia”, enfatizó.

PP, Vox, Cs y UPN votaron en contra, una mayoría apoyó el plan y algunos grupos reclamaron ampliar la recaudació­n o los sectores gravados, lo que abre la puerta a que la tramitació­n eleve el impacto económico de la medida.

ERC, Bildu y BNG pedirán hacer los nuevos gravámenes “permanente­s” con sus enmiendas

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La vicepresid­enta primera del Gobierno y titular de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

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