Diagnóstico ¿Qué pasará con la economía?

Hasta principios de año la economía parecía recuperarse con solidez de la crisis del coronavirus, con todos los motores a pleno rendimiento, y las perspectivas eran muy halagüeñas, con la única sombra en el horizonte de la espiral inflacionista. Sin embargo, todo ha cambiado radicalmente en las últimas semanas. El final del tirón turístico tras el agotamiento de la temporada estival se ha sumado a los efectos de la histórica subida de los tipos de interés por parte del BCE y al corte del gas ruso, que no solo amenaza con tensionar aún más los precios sino también con paralizar buena parte de la industria y de las exportaciones. Es en este contexto en el que EXPANSIÓN ofrece en su edición de mañana un especial con el objetivo de diagnosticar esta etapa que se abre en la que todos los niveles de incertidumbre están en máximos para tratar de dilucidar cómo se verá afectada la economía por estas nuevas circunstancias. Este nuevo Diagnóstico EXPANSIÓN cuenta, además, con la opinión y el análisis de siete reputados economistas que prestarán atención a los grandes núcleos de actividad, como es el caso del sector de la construcción, la industria o el turismo. Sectores que han sido vitales para la recuperación y que ahora se pueden ver gripados de forma súbita. El mercado inmobiliario, por ejemplo, ya empieza a acusar los efectos de la subida de los tipos de interés, que han frenado las compras de vivienda y las nuevas promociones, mientras que la producción manufacturera, ya golpeada por la caída de la demanda, sufrirá también la escalada de los precios del gas, al tiempo que el turismo, que ha sido el gran baluarte de la recuperación en los meses anteriores, se ve amenazado por la pérdida del poder adquisitivo de sus clientes.

La gran incógnita que surge en este ámbito es si la recesión que probablemente se avecina sobre la economía española, que podría empezar ya en el actual tercer trimestre, será tan intensa como para destruir el empleo creado a lo largo de los últimos años –el mercado laboral ya ha empezado a dar síntomas de agotamiento– y cómo de profundos y duraderos podrían ser los efectos de dicha fase de contracción.