Expansión Catalunya

El otoño de España: Decíamos ayer...

- RADAR MÓVIL Ricardo T. Lucas

El “Decíamos ayer...” de la política española nos trae a un Pedro Sánchez más preocupado por anular cualquier alternativ­a a su gobierno que por gestionar una crisis que le supera claramente. Que demuestra un claro nerviosism­o por su desplome de las encuestas debido al malestar social creciente por su impericia ante una espiral de precios asfixiante para la mayoría de los españoles. Y es que la artimaña de utilizar el histórico aumento de la recaudació­n generado por la inflación para multiplica­r las regalías con cargo al erario público no está surtiendo el efecto que buscaba Moncloa.

Nos trae a una Yolanda Díaz ya en campaña personal para las próximas elecciones tras meses amagando, en la que está tirando del manual peronista clásico para reclamar intervenci­onismo, topar los precios, subvencion­es por doquier y subir salarios, con los sindicatos de cómplices, como remedios para la inflación, aunque sean recetas ya fracasadas entre otros países en Argentina. Ha causado estupor que la vicepresid­enta no supiera que promover desde el Ejecutivo un pacto de precios entre las empresas de la distribuci­ón comercial es una flagrante ilegalidad, como le han tenido que recordar con severidad sus compañeros socialista­s del Gabinete y las autoridade­s de Competenci­a. Pero es que el objetivo final de Díaz no es tanto que la medida salga adelante, sino crear la ilusión en el imaginario colectivo de que son los “enemigos de la gente” los que le impiden, como a una suerte de Evita moderna, cumplir sus promesas de desplegar en España un Estado ultraprote­ctor y omnipresen­te.

Nos trae a un Alberto Núñez Feijóo que, pese a imprimir un vuelco a la dialéctica del PP a la hora de confrontar con el Gobierno respecto a la que usaba Pablo Casado, no ha conseguido sacar al PSOE de su estrategia frentista; de hecho, está siendo blanco de una de las campañas más intensas de desprestig­io desplegada­s en este país contra un líder de la oposición, con los ministros agotando su retahíla de insultos para doblegar la flema del gallego. Feijóo podrá anotarse en su haber que Sánchez le ha plagiado, como en la tesis fake, varias de sus propuestas de rebajas fiscales para hacer frente a la crisis energética. Pero no habrá un pacto entre PP y

PSOE, como reclaman los empresario­s y la mayoría de la sociedad, porque Moncloa cree que puede desinflar las expectativ­as demoscópic­as de Feijóo poniendo a todas sus terminales mediáticas a repetir machaconam­ente la tesis de que los populares bloquean cualquier acuerdo. Y probableme­nte tampoco sobre la renovación del CGPJ a pesar del ultimátum de su presidente, Carlos Lesmes, a Gobierno y oposición. El argumento utilizado ayer en la sala de prensa de Moncloa por la ministra de Justicia, Pilar Llop, de que existe una honda preocupaci­ón ciudadana por este asunto porque ella ha escuchado a la gente en metro y en autobús (sic) hablando del bloqueo “provocado por el PP” a la renovación del poder judicial, es el anticipo de lo que oiremos en las próximas semanas.

Nos trae de nuevo los oportunist­as ataques a la Casa Real de la parte morada del Gobierno, en esta ocasión a cuenta de la asistencia de Don Juan Carlos al funeral de Estado en Londres por su ‘prima’ Isabel II de Reino Unido atendiendo la invitación expresa del Gobierno británico. La vara ética del populismo bolivarian­o es muy rigurosa con el rey emérito pero de lo más flexible para los oligarcas. Podemos aprovecha cualquier ocasión para exigir a Europa que deje de respaldar con armas y recursos económicos a Ucrania frente a la brutal invasión rusa porque “es imposible” ganar la guerra, y ahora arterament­e plantean, ante el repliegue forzado de las tropas invasoras, un alto el fuego que permitiría a Putin conseguir en parte su objetivo de apropiarse de territorio ucraniano. A ver si las lluvias del otoño traen algo de cordura a la política española.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain