La inflación en Estados Unidos se sitúa en el 8,3%
Segundo mes consecutivo en que la inflación da muestras de ralentización en Estados Unidos. Con el IPC interanual en el 8,3%, se confirma la tendencia a la baja iniciada en el mes de julio y la tesis que sostienen los economistas de que la escalada de precios podría haber tocado techo en junio, cuando llegó a alcanzar el 9,1%, superando todas las previsiones del momento.
En julio, sin embargo, sorprendió bajando más de lo esperado, hasta situarse en el 8,5%. Ahora, vuelve a recortar 0,2 puntos porcentuales, según se desprende de los datos publicados ayer por la Oficina de Estadísticas Laborales de
Estados Unidos. La caída en el precio de la gasolina este verano (de un pronunciado 26% el pasado mes respecto a las cotizaciones máximas de julio) ha pesado especialmente a la hora de lograr una moderación en el IPC de agosto. Aun así, en términos generales, la energía se ha encarecido un 23,8%. El aspecto positivo es que supone un descenso de casi nueve puntos porcentuales.
Aun así, la cesta de la compra sigue encareciéndose. Concretamente, un 11,4%, es decir, medio punto más que el mes anterior. Respecto a hace un año, el coste medio en el supermercado para una familia estadounidense se ha incrementado en 460 dólares (452 euros) al mes, según datos de Moody’s. En el lado contrario se sitúa el ocio, con los billetes de avión y los hoteles reduciendo precios a medida que las vacaciones de verano llegan a su fin.
La mala noticia, y algo que preocupa especialmente a los analistas, es que la inflación subyacente –que no tiene en cuenta ni los alimentos ni la energía- ha escalado cuatro décimas, hasta situarse en el 6,3%.
De esta forma, retrocede a niveles de febrero de este año, borrando las caídas que se habían producido en esta variable desde abril. Hay que tener en cuenta que, precisamente, el mes pasado la Administración de Joe Biden aprobó una ley para reducir la inflación, con un impacto significativo en el gasto de los hogares en materia sanitaria y energética (con incentivos fiscales hacia una transición a fuentes sostenibles). Sin embargo, todavía es pronto para apreciar sus efectos.
Ahora, falta por ver cómo responderá a este dato del IPC la Reserva Federal la próxima semana. “Dudamos que cambie la perspectiva de otra subida de 75 puntos básicos del tipo de los fondos de la Fed”, asegura Allison Boxer, economista de Pimco.
Perspectivas
De hecho, desde el banco central estadounidense han alertado al mercado de que mantendrán el ritmo de subida de tipos hasta estar realmente seguros no sólo de que la inflación da muestras de ralentización, sino que además las perspectivas de futuro confirmen esta tendencia y el IPC se encamine hacia un objetivo del 2%, muy lejos todavía del dato del 8,3% anunciado ayer.
Los mercados reaccionaron ayer a la baja, ante el temor de que la inflación subyacente sea más persistente de lo esperado y, por tanto, obligue a la Fed incluso a endurecer la política monetaria más de lo previsto a corto plazo, aunque todas las voces descartan una subida de los tipos de un punto, inclinándose mayoritariamente por una nueva alza de tres cuartos de punto.
“La ralentización fue menor de lo esperado, lo que pone de relieve la larga batalla contra la inflación que se avecina”, apunta Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro.
La inflación subyacente escala cuatro décimas y se sitúa en el 6,3%