“La desnazificación fue un mito y fue el gran error que cometieron los aliados”, asegura el escritor
ha hecho para reparar “moralmente” a las víctimas.
Cuando terminó la contienda, varios juicios sentaron en el banquillo a responsables de crímenes y atrocidades. De todos ellos, “tres eran empresarios, aunque únicamente uno fue condenado”. Fue el industrial Friedrich Flick (1883-1972), que posteriormente fue indultado por el Alto Comisionado de Estados Unidos en Alemania Occidental y recuperó el control de su conglomerado. En la actualidad, una fundación lleva su nombre aunque, según De Jong, sus descendientes “siguen ocultando su legado”. “Las instituciones benéficas asociadas a los Krupp o a los Thyssen son más transparentes; ambas ofrecen información en sus páginas web sobre las condenas y crímenes nazis de sus epónimos magnates”, destaca.
El ensayista concluye que, en la antigua Alemania Occidental, “la desnazificación fue un mito”. Fue “el gran error que cometieron los aliados en un contexto de guerra fría” ya que haber ido más allá se hubiese podido interpretar como un “juicio al capitalismo”, asevera.
En cuanto a los herederos, no hay un patrón único de comportamiento. “Algunos han saldado cuentas con el pasado familiar”, pero “otros todavía se niegan a hacerlo y no les pasa nada por ello”, lamenta. En muchos casos, lo que han hecho los descendientes es “contratar a un historiador independiente” y publicar sus conclusiones. Sin embargo, se trata de “investigaciones académicas, que no son accesibles al gran público, y están escritas en alemán, que no es la lengua que hablaban la mayoría de las víctimas”, dice.
“Hay quienes han saldado cuentas con el pasado familiar, otros aún se niegan y no les pasa nada”