Las antiguas cajas abonan un peaje fiscal récord
Las nueve entidades de crédito adheridas a la Ceca, con CaixaBank a la cabeza, abonaron en 2021 el coste fiscal más alto de su historia.
Según un estudio de contribución económico, fiscal y social encargado a KPMG, la factura asciende a 5.246 millones. De esa cifra, sin embargo, alrededor de la mitad corresponde a tributos que las entidades recaudan, pero que no pagan directamente, como las retenciones a los empleados.
De los 2.674 millones de tributos soportados, los pagos a la Seguridad Social se llevan casi 1.000 millones. El Impuesto de Sociedades otros 356 millones de euros, un 2,9% más que el año pasado. Y un conjunto de impuestos específicos del sector, 1.000 millones más. Se trata del impuesto que grava las hipotecas, el impuesto a los depósitos y el IVA, que en el caso de la banca no es deducible.
El tipo efectivo sobre la base imponible que pagan es del 23%, una vez descontadas deducciones.
Todos estos pagos tributarios elevan el tipo impositivo total de estas entidades al 48,76%. De cada 100 euros de beneficios, 48 euros no van a las manos de los accionistas, sino a las arcas públicas. Según los cálculos de KPMG, el gravamen del 4,8% sobre los ingresos anunciado por el Gobierno implicaría una subida de 6 puntos, lo que elevará el tipo total al 55%.
El sector ve improbable que algún grupo parlamentario promueva un recurso de inconstitucionalidad por el alto coste electoral que acarrea.
En relación con este tributo, Juan de Villota, director de Asesoría Fiscal de Ceca, no descarta que durante la tramitación parlamentaria pueda salir adelante una enmienda a la totalidad o una enmienda de supresión. “Tenemos todos los canales abiertos para hablar con los partidos políticos”, señala.
Sin embargo, el escenario más probable es que cada banco vaya impugnando cada autoliquidación del impuesto (serán cuatro en total). Si los tribunales les acaban dando la razón recuperarán el dinero, pero pueden pasar años.
Por otro lado, representantes de la Ceca se reúnen hoy con los sindicatos. Las plantillas quieren que los bancos reabran el convenio sectorial para incluir una revisión de los sueldos que compense la subida de la inflación.