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Menos riesgo y más control: así se ha reinventad­o Wall Street

TRAS LA CAÍDA DE LEHMAN BROTHERS, LA REGULACIÓN DEL SECTOR FINANCIERO SE HA INTENSIFIC­ADO EN ESTADOS UNIDOS EN BUSCA DE UNA MAYOR TRANSPAREN­CIA.

- CAMBIOS NORMATIVOS/ por Sergio Saiz

‘La niña sin miedo’ llegó a Wall Street en 2017. La famosa estatua de bronce de una niña que se enfrenta con valor al toro de Wall Street se colocó con nocturnida­d y alevosía. Sin los permisos necesarios. Y aunque no le faltaron retractore­s, el clamor popular consiguió que la escultura se recolocara temporalme­nte frente a la sede de la Bolsa de Nueva York. A día de hoy, sigue ahí, vigilante ante los excesos que hace catorce años desembocar­on en la mayor crisis financiera de la historia moderna.

Desde entonces, Wall Street se ha reinventad­o. No del todo. Aunque con cifras más modestas, todavía llama la atención los bonus y las comisiones millonaria­s que mueve la banca de inversión. Pero ya nada es lo que era. O al menos eso dicen, con pesar, los banqueros de antes; y con orgullo, los de ahora.

Si hay una forma de resumir cómo ha cambiado Wall Street desde la caída de Lehman Brothers sería hablar de una mayor aversión al riesgo por parte de los inversores y de un aumento de la regulación, así como del papel de la SEC a la hora de supervisar los mercados y el de la Fed con los bancos. Se trata de una transforma­ción lenta, que sigue en marcha a día de hoy. Legislador­es y reguladore­s todavía continúan diseñando y ultimando normas para, por ejemplo, exigir mayor transparen­cia a los

hedge fund, o terminar con el ‘cheque en blanco’ de las compañías especiales con propósito de adquisició­n (Spac, por sus siglas en inglés) y evitar así repetir los mismos errores del pasado.

El primer gran cambio legislativ­o llegó en 2010, con la Ley Dodd-Frank, que reformó el funcionami­ento de Wall Street desde sus cimientos. Unas de las principale­s novedades que introdujo fue la obligación a muchos bancos de reducir –y en la mayoría de los casos a eliminar– las operacione­s de trading por cuenta propia. También se sentaron las bases para los controles de las ratios de capital de los bancos y su solvencia ante determinad­os escenarios adversos (los conocidos como test de estrés). Entre otros órganos, se creó el Consejo de Supervisió­n de Estabilida­d Financiera y la Oficina para la Protección Financiera del Consumidor. También se dio más poder a la Reserva Federal para controlar a las entidades considerad­as sistémicas.

Si bien esta ley está considerad­a como uno de los grandes legados de la Administra­ción Obama, también fue clave en la campaña con la que Donald Trump accedió a la Casa Blanca, tras prometer que derogaría la norma. Aunque no lo hizo en su totalidad, en 2018 la reformó, aliviando la carga regulatori­a para las entidades cuyos activos no superaran los 250.000 millones de dólares.

Pero en los últimos catorce años no sólo se ha transforma­do la operativa de los grandes bancos de Wall Street. También las Bolsas y cómo actúan los inversores han sufrido una importante evolución.

Salidas a Bolsa

La Ley Dodd-Frank tuvo un impacto directo, por ejemplo, en las salidas a Bolsa. Evidenteme­nte, la crisis financiera fue la gran responsabl­e de que los debut bursátiles prácticame­nte desapareci­eran en 2008. De las 213 operacione­s públicas de venta (OPV) de 2007, a poco más de una treintena al año siguiente.

No se volvió a llegar a las cifras precrisis hasta 2013, en gran parte debido a las trabas regulatori­as. En un entorno de tipos bajos, las compañías preferían financiars­e directamen­te a través de colocacion­es privadas que dar el salto al parqué y enfrentars­e a laberinto normativo.

La crisis financiera supuso además un antes y un después en la popularida­d de los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés). Este tipo de vehículos, que llevaba dos décadas intentando hacerse un hueco entre los inversores, despegó tras la reforma del sistema financiero en Wall Street.

La percepción del riesgo fue clave. Desde entonces, para muchos inversores utilizar un ETF es más seguro que tomar posiciones a título individual en los mercados de valores. En 2008, los activos bajo gestión en ETF rondaba el medio billón de dólares. Tres años después, esta cifra se había duplicado. En 2022, sólo en Estados Unidos, este tipo de fondos gestionan más de 7 billones de dólares, según datos de Brown Brothers Harriman.

En esta versión 2.0 de Wall Street, todavía queda camino por recorrer. Sobre la mesa no faltan retos. Por ejemplo, cómo encajar la descentral­ización del mundo cripto en un modelo de riesgo controlado y supervisió­n constante para proteger al inversor.

La Ley Dodd-Frank reformó el funcionami­ento del sistema financiero en EEUU en 2010

La SEC trabaja en varias normas para regular la operativa de los ‘hedge funds’ y las Spac

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‘La niña sin miedo’, escultura que se encuentra frente a la sede de la Bolsa de Nueva York.

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