Occidente no puede flaquear ante Putin
Ante la dramática pérdida de posiciones de su Ejército en la guerra de Ucrania, Putin ha elegido ahondar en su deriva belicosa y aislacionista. El anuncio de la movilización de 300.000 reservistas con experiencia militar para tratar de recuperar el terreno perdido en la región ucraniana del Donbás y las amenazas del presidente ruso de utilizar todo su arsenal (incluido el nuclear) para defender el territorio arrebatado a Kiev suponen el reconocimiento del fiasco de la ofensiva militar para hacerse con el control de parte de Ucrania y una muestra de debilidad de Putin ante las críticas del ala dura del Kremlin por las decenas de miles de soldados rusos fallecidos en el campo de batalla en los últimos siete meses. Pero el reclutamiento forzoso de ciudadanos rusos para enviarlos al frente ucraniano es una medida arriesgada e impopular. De hecho, causó un encarecimiento súbito de los billetes de transporte para salir de Rusia en los próximos días. También desmonta el artificio de la superioridad del Ejército ruso mantenido por el Kremlin. La huida hacia adelante de Putin también lo hace más peligroso, como evidencia su acusación infundada a Occidente de querer destruir a Rusia, que no es más que otro pretexto para justificar el ataque a Ucrania y ocultar las atrocidades cometidas por su Ejército. Como acertadamente le contestó el presidente norteamericano, Joe
Biden, durante su intervención en la asamblea anual de la ONU, “nadie ha amenazado a Rusia y nadie más que Rusia ha buscado el conflicto”. Por eso, acusó a Putin de violar los principios de la Carta de Naciones Unidas, pero al tiempo instó a evitar una guerra nuclear “que no se puede ganar y no se debería producir”. La mayoría de los dirigentes mundiales presentes en la cumbre rechazaron el amago nuclear del presidente ruso. Incluso China, que había evitado pronunciarse sobre la invasión hasta ahora, pidió “contención” ante la escalada dialéctica y que las partes hagan esfuerzos para lograr una solución pacífica. Pero Occidente no puede flaquear ante las bravatas de Putin, sino que debe reforzar su apoyo a Kiev, pues la financiación y las armas proporcionadas en los últimos meses han sido clave para la resistencia y posterior contraofensiva de Ucrania que ha situado al presidente ruso contra las cuerdas. La semana pasada Putin prometió al primer ministro indio, Narendra Modi, “hacer todo lo posible” para poner fin cuanto antes a la guerra, pero a estas alturas no le queda ninguna salida airosa.
La amenaza de recurrir al arsenal nuclear muestra el fracaso y la debilidad del presidente ruso