La creación mundial de unicornios cae en picado por la incertidumbre
Apenas 27 ‘start up’ alcanzarán una valoración milmillonaria en el tercer trimestre del año, cuando en el mismo periodo de 2021 la cifra alcanzó las 136. La caída es del 80%.
Dos años y dos entornos bien distintos para la financiación de start up. El apogeo inversor de 2021 ha dado paso a los reparos y las reservas en 2022, y el fuerte recorte en la creación de nuevos unicornios —proyectos valorados en 1.000 millones de dólares o más— da buena prueba del cambio de situación.
La previsión de CB Insights es rotunda. Aunque aún faltan unos días para dar por cerrado el tercer trimestre, ya es seguro que el número de start up que adquirirán la condición de milmillonarias se va a hundir a niveles mínimos. A día de hoy, el servicio experto en el sector contabiliza 18 y anticipa que apenas 27 compañías alcanzarán este requisito en todo el planeta de julio a septiembre.
Este dato revela una caída del 80% respecto al del año pasado, cuando en este periodo se registró la aparición de 136 unicornios. Entonces, la crisis del Covid-19 expuso la oportunidad de apostar por proyectos tecnológicos disruptivos en distintos sectores —fintech, biotecnología y otros— y esta percepción, añadida a la necesidad de los inversores de desplegar las grandes cantidades de recursos captadas en los últimos años, avivó la actividad inversora y contribuyó a disparar la valoración de las compañías.
Pero, incluso, respecto a un trimestre atrás, cuando las dudas sobre la nueva coyuntura ya planeaban sobre el sector, la proyección de producción de unicornios a septiembre resulta decepcionante: los 27 nuevas start up milmillonarias que se prevén contrastan con las 87 que ingresaron en este club en el lapso de abril a junio, también según los registros de CB Insights. Esto supone una reducción del 69%.
Dentro de la caída general, Europa no sale malparada.
Tres de los 10 unicornios más valiosos del trimestre provienen del Viejo Continente: SonarSource (Suiza, tasada en 4.700 millones de dólares), BackBase (Países Bajos, 2.700 millones de dólares) y Oura (Finlandia, 2.600 millones).
Hay varios motivos a los que cabe achacar este declive. La inquietud generada a raíz del rebote de la inflación, el alza de los tipos de interés y el resto de peligros sobrevenidos se ha seguido intensificando, provocando efectos en los mercados. Entre otros, ha contribuido a restar valor a algunos de los grandes grupos cotizados y, por contagio, esto ha afectado también a las start up, que han visto una importante contracción en el precio que los inversores están dispuestos a pagar por ellas.
Las fintech, que aúnan tecnología y finanzas, son algunas de las que han recibido el golpe más duro. El caso de Klarna es el peor. El neobanco cerró en julio una ronda de financiación que implicó un recorte de la valoración del 85%, pasando a estar tasada en 6.700 millones de dólares, desde los 45.600 millones de dólares previos.
Con la inseguridad y los peligros de recesión en el plano macroeconómico, los fondos exhiben máxima prudencia y se han vuelto más restrictivos con los activos por los que apuestan y en las asignaciones que les inyectan. Esto afecta, sobre todo, a las start up que transitan etapas avanzadas, las que protagonizan las mayores operaciones.
Pero en esta situación, los inversores también han retardado los planes de salida a Bolsa de las participadas en cartera, para no materializar pérdidas. De hecho, el parón de los debuts en el parqué es otro de los hechos que explica la escasa creación de unicornios, afirma CB Insights.