Personajes en una situación extrema
“No ha habido discusión”. Así de contundente se mostraba ayer Antonio Orejudo, portavoz del jurado del XVIII Premio Tusquets Editores de Novela 2022, tras hacer público que Mira a esa chica, de Cristina Araújo Gámir, había ganado el galardón. A pesar de haberse presentado otros 735 manuscritos, la novela que llegará a las librerías el 19 de octubre bajo el sello de la Colección Andanzas impactó a los miembros de un jurado integrado por Orejudo y por Sara Mesa, Eva Cosculluela y Marta Barrio.
Definida como una novela deslumbrante, adictiva, necesaria, sobre una experiencia dramática al final de la adolescencia de una chica, la obra promete convertirse en una de las más impactantes del año y no sólo por el tema que toca. A partir de una violación grupal, Araújo (Madrid, 1980) desencadena una sucesión de sentimientos y emociones de las que el lector no podrá desprenderse. “Es una novela que se centra en los personajes durante una de las etapas más complicadas de la vida como es la adolescencia. Como lectora, siempre me han interesado la introspección y la psicología de los personajes, el sentirse reflejado en emociones y sentimientos recónditos que en ocasiones ocultamos por considerarlos sórdidos o inapropiados, pero que son, en realidad, universales. Es eso lo que he procurado enseñar también en Mira a esa chica, una novela en la que he puesto a los personajes en una situación extrema”, reconocía Araújo tras hacerse público un premio que consiste en una estatuilla de bronce diseñada por Joaquín Camps y que tiene una dotación económica de 18.000 euros.
Embarcada ya en su próxima novela, Araújo confiesa sentirse un poco desbordada por la consecución del premio. “Es muy heavy, no me lo esperaba y aún me sorprendo al ver mi nombre o mi cara impresa cuando se anuncia el premio. No sé si volveré a ser capaz de escribir algo parecido a Mira a esa chica”, confiesa la autora que sabe de la importancia de seguir entrenando su estilo como novelista si quiere continuar en el negocio. “Ahora estoy escribiendo menos por la promoción de la publicación y me agobia pensar que puedo perder práctica. Siempre le digo a todo el mundo que el oficio de escritor no es tan distinto a otros que necesitan cierto entrenamiento. ¿Te imaginas que Rafa Nadal dejara de entrenar durante dos meses? Perdería su forma física y es algo que también nos ocurre a los escritores”, señala la autora, que reconoce que encontrar el hilo de una historia es quizá lo más difícil.