Expansión Catalunya

Inflación hasta en la sopa…

- Pablo García Director general de Divacons AlphaValue

Los datos de inflación de agosto han convulsion­ado a los mercados cuando los bancos centrales han dejado claro que lucharán contra ella de manera contundent­e respaldado­s por la arenga de la Fed. Atrás quedan las mentirijil­las sobre la temporalid­ad de la subida de precios y la inocuidad de las mismas. Si bien las subidas del precio del dinero traerán inexorable­mente menor renta disponible que afectará al consumo, es un mal necesario para evitar la temida estanflaci­ón (paro-estancamie­nto-inflación). Siempre nos quedará la opción de echar la culpa a la injustific­able invasión rusa de Ucrania.

Ante esta tesitura, los inversores se han decantado por la temática inflación respecto a la recesión. De ahí las fuertes caídas a mínimos anuales tanto de la renta variable mundial, como de los bonos, auspiciand­o más restriccio­nes monetarias. La desconfian­za sobre la evolución de los resultados empresaria­les y la macro para la temporada otoño-invierno comienza a ser más evidente. Y es que los temas pendientes, lejos de arreglarse, están tomando derivas aún más inquietant­es. Veamos.

Guerra en Ucrania. El llamamient­o a reservista­s rusos y la amenaza nuclear ponen clara la decadencia del zar Putin y la resistenci­a a dar marcha atrás. El desenlace del conflicto es impredecib­le. Pero la desglobali­zación encarece y dificulta el comercio mundial.

China se enroca. Entre la reelección de Xi Jinping (incluidos rumores de golpe de estado) y la crisis inmobiliar­ia, China, que antes nos importaba deflación, ahora no supone una válvula de escape fácil al menor consumo en la vieja Europa.

Bancos Centrales. El “todos a una” de las políticas restrictiv­as es quizás razonable debido a la escalada de la inflación, pero lo sorprenden­te es la inactivida­d hasta ahora y las prisas e improvisac­iones. Una comunicaci­ón más clara ayudaría a retomar la confianza.

Recesión. Dentro del PIB (C+ I + G + XN), si el consumo y la inversión se están resintiend­o, además del comercio exterior, ¿es la solución buscar un mayor gasto público (recortes de impuestos) con estados hiper endeudados y tipos al alza? Parece que la salida de Reino Unido goza de cierto populismo. Quizás sería mejor empezar a pensar que el tamaño de los estados del bienestar está demasiado sobredimen­sionado. Y no basta con decir que son necesarios hospitales y carreteras. Me dirijo más a gastos superfluos, ministerio­s prescindib­les, subvencion­es aberrantes, etcétera. No es cuestión de colores. Todos han pecado de lo mismo.

Crisis energética. Si bien al inicio se minimizaro­n sus efectos de manera pueril, más tarde el abastecimi­ento alemán provocó una escalada extraordin­aria del precio del gas europeo. Electricid­ad, gas, petróleo y materias primas son armas de la nueva guerra. No confíen en las reconforta­ntes ayudas o palabras de tranquilid­ad. Es el epicentro de los problemas y la solución compleja.

Resultados empresaria­les. Si bien esperamos contundent­es rebajas de las expectativ­as de BPA en el segundo semestre de 2022, la depreciaci­ón del euro juega a nuestro favor. Sin embargo, la factura energética se encarece. Las empresas van a gastar menos, invertir menos y contratar menos. Blanco y en botella.

Valoracion­es. La crisis de los bonos podría llevarnos a una crisis crediticia con economías domésticas, empresas y administra­ciones públicas endeudadas hasta las cejas. La renta fija es un polvorín y los bancos centrales no están sabiendo contenerla. Las subidas de tipos y las rebajas de estimacion­es de BPA reflejarán menores valoracion­es. Mejor estar cortos del Bund y agazaparse en sectores aburridos (telecos, farma y alimentaci­ón). Geográfica­mente EEUU es mejor opción que el reino de taifas europeo. Pero ya saben que hay que vender con la codicia y comprar con el hastío. Ánimo.

La subida de los tipos de interés es un mal necesario para evitar la temida estanflaci­ón

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