¿Qué importancia tiene la crisis de la libra?
La libra cayó ayer a su nivel más bajo de la historia frente al dólar, continuando su desplome tras el paquete de recortes fiscales de 45.000 millones de libras (50.000 millones de euros) anunciado por el ministro de Finanzas británico, Kwasi Kwarteng, el viernes. La persistente depreciación de la libra frente al dólar estadounidense en los últimos 70 años refleja sobre todo una mayor inflación en Reino Unido que en EEUU, lo que exige un tipo de cambio más bajo para igualar los niveles de precios en ambos países. La libra ha bajado casi un 3% frente al euro en la última semana y más de un 7% frente a las monedas de los principales socios comerciales de Reino Unido desde agosto.
Esa percepción en los mercados financieros internacionales refleja la opinión de que la política económica británica va en la dirección equivocada, al igual que ocurrió tras el Brexit, cuando la libra perdió un 10% de su valor. Este punto de vista sostiene que endeudarse para pagar los recortes fiscales permanentes es una apuesta temeraria del Gobierno de la primera ministra Liz Truss que aumentará el déficit comercial británico, impulsará la inflación y hará poco por el crecimiento.
El Gobierno ha respondido diciendo que no llevará a cabo una revisión del gasto para aumentar el gasto en servicios públicos este otoño, en un intento de demostrar su responsabilidad fiscal. Pero los mercados están más centrados en lo que han anunciado los ministros que en sus promesas.
Lo que preocupa de la repetida promesa de Truss de abandonar la “ortodoxia” del Tesoro es que una rápida caída de la libra tenga efectos desagradables para la mayoría de los británicos y frene las ambiciones del Gobierno.
La mayor tasa de inflación y la necesidad de atraer inversiones extranjeras para financiar el enorme déficit comercial británico exigirán también unos tipos de interés más altos. Los mercados financieros esperan ahora que el Banco de Inglaterra (BoE) sitúe los tipos por encima del 5% el año que viene, y el coste de la financiación pública se ha disparado. El coste de la financiación a dos años ha pasado del 0,4% de hace un año a casi
La libra ha registrado una devaluación persistente frente al dólar en los últimos 70 años
Los mercados reflejan la opinión de que la política británica va en la dirección equivocada
el 4%. Este incremento afectará a los hogares y a las empresas que estén pensando en invertir.
Las autoridades británicas disponen de cuatro vías posibles para frenar la caída de la libra. La primera es que el Gobierno ordene al BoE que intervenga en los mercados de divisas, comprando libras con las reservas de divisas. La segunda es que el Gobierno dé marcha atrás en sus cambios en política fiscal, pero eso sería extremadamente difícil para un ministro de Finanzas y una primera ministra nuevos.
En tercer lugar, el BoE podría subir los tipos de interés para aumentar la rentabilidad disponible para las personas que tienen dinero en Reino Unido. El Banco Central ha indicado que volverá a subir los tipos en su reunión de noviembre, pero los mercados quieren que se actúe más rápidamente.
En cuarto lugar, las autoridades del BoE podrían tratar de tranquilizar a los mercados dejando claro que tomarán medidas inmediatas si la inflación o el endeudamiento público se descontrolan.
Kwarteng no tiene intención de dar marcha atrás en el plan de rebajas de impuestos financiado con deuda que presentó el viernes. De hecho, el domingo dijo que “habría más” con respecto a la reducción de la presión fiscal.
Con el fin de tranquilizar a los mercados de que Kwarteng no tenía intención de aumentar el gasto antes de unas elecciones generales, el Tesoro anunció el domingo que mantendría los planes de gasto actuales hasta 2025.
“Es más importante que nunca que los departamentos trabajen eficientemente para ceñirse a los presupuestos existentes, centrándose en desbloquear crecimiento y en prestar servicios públicos de alta calidad”, indicó.