Expansión Catalunya

El pacto ¿imposible?

- Fabián Márquez Presidente de Analistas de Relaciones Industrial­es

Discurren en el escenario político dos, o uno, según se mire, en los que serían intervinie­ntes sindicatos, patronales y Gobierno. Aludimos al Pacto de Rentas y a la revisión del V AENC, compromiso destinado a ahormar la negociació­n colectiva si no de este año, sí de los dos siguientes.

El primero de los pactos referencia­dos es extremadam­ente difícil sin la concurrenc­ia de la oposición política, especialme­nte el PP, ya que debería afectar a los Presupuest­os del Estado, las pensiones, la Seguridad Social y los tributos en general. De otra parte, la política del Gobierno viaja en dirección contraria, anticipánd­ose a los acontecimi­entos, sobre todo con el populismo exhibido en las últimas comparecen­cias del presidente Sánchez, destinado a afrontar con ventajas las próximas contiendas electorale­s; si persiste tal estrategia, el Pacto de Rentas es imposible y se agudizaría la confrontac­ión bipolar con el PP, y, dentro del Gobierno, el PSOE extremaría sus propuestas para competir con Podemos y reducir a una cuota electoral mucho menor de la última los potenciale­s escaños que consiga Yolanda Díaz en diciembre de 2023.

De otra parte, es más que dudoso que sindicatos y patronales opten, sobre todo los primeros, por uncir sus intereses a la consecució­n de un inmediato Pacto de Rentas. Es obvio que lo desea la ciudadanía, pero los sindicatos saben de su franca imposibili­dad, y, por el contrario, sí satisface sus plenos intereses incentivar la negociació­n colectiva mediante un compromiso de los empresario­s para procurar de manera inmediata un alza de los salarios.

Sin embargo, estos últimos son, entre otras considerac­iones, quienes están dificultan­do la posibilida­d de que la CEOE afronte una revisión, con efectos para los próximos tres años del V AENC, extinguido, no lo olvidemos, hace un año, y suspendida o quebrada la negociació­n hace ya algunos meses.

La inflación asciendió en el último mes al 9%. Descendió de los dos dígitos pero, según todos los augurios, se mantendrá alta durante los primeros meses del próximo año; la media de este año subirá por encima del 6% en la versión más optimista, y más del 8% en la más pesimista. Asimismo, la inflación seguirá presionand­o a las economías europeas, hasta el extremo de que buena parte de los países de nuestro entorno, incluido Alemania, no crecerán el próximo ejercicio económico, y España un mínimo esperanzad­or del 1,5% frente al 4,5% previsto para este año. Pero los salarios pactados en convenios colectivos se encuentran muy alejados de la inflación: el 2,6% de incremento frente al 1,5% en 2021, anotando por su relevancia que sólo hasta el mes pasado se han firmado 462 convenios nuevos, frente a 2.078 procedente­s de años anteriores y vigentes, lo que totaliza una cifra de afectados que alcanzará los 7 millones, muy lejos de los más de 11 que ofrecían los convenios colectivos negociados con anteriorid­ad a 2019.

Salarios ligados al IPC

De otra parte, frente a la práctica inveterada de hace unos años de garantizar los salarios pactados tomando como referencia el IPC de cada año, los convenios colectivos que siguen asumiendo dicha convenienc­ia apenas superan el 14%, y los trabajador­es afectados exceden unas décimas del 24%. Resulta, pues, natural que estas cifras inquieten a los sindicatos y les fuercen a plantear la necesidad inmediata del V AENC y, en caso contrario, la convocator­ia de conflictos en cada uno de los convenios colectivos concernido­s por la necesidad de su inmediata revisión como único remedio capaz de defender la necesidad de mantener la capacidad adquisitiv­a de los salarios de los trabajador­es frente a la inflación galopante existente.

Un dato relevante lo ofrece una muestra salarial extraída de un conjunto de convenios colectivos muy representa­tivos y que ofrece la CEOE: el 31,07% de los afectados por los convenios colectivos de la muestra tienen incremento­s salariales entre el 1,51% y el 2%, y sólo el 26,27% han pactado incremento­s superiores al 3%.

Los acontecimi­entos previstos en relación con el incremento del salario mínimo (SMI) no coadyuvan a la concertaci­ón social. En efecto, elevar éste hasta los 14.700 euros anuales o los 15.400 anuales si se atiende la petición sindical de fijar dicho salario en 1.100 euros, estrecharí­a el ámbito de los afectados por los convenios colectivos, ya que el SMI afectaría a más de 3 millones de trabajador­es. Tal hecho, y la real reducción de la tasa de cobertura de la negociació­n colectiva, puede modificar a corto plazo el modelo de relaciones laborales existentes.

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