Las bolsas tantean mínimos del año
Las proyecciones económicas del FMI, el temor al efecto de las alzas de tipos y a una caída de los beneficios de las empresas golpean a los mercados, que flojean a las puertas del dato de IPC de EEUU mañana.
Los mercados tienen desde hace meses varios frentes abiertos y ninguno de ellos da síntomas de cerrarse. El primero, las presiones inflacionistas. Mañana se da a conocer el dato de IPC en EEUU de septiembre y todo lo que sea una cifra por encima de las previsiones –se estima que la inflación interanual pase del 8,3% al 8,1%– no será bien recibido por los inversores, porque significará que habrá más alzas de tipos contundentes para controlar los precios.
Y por otra parte, las previsiones no paran de ajustarse a la baja. El último organismo en hacerlo ha sido el FMI, que ayer rebajó su previsión de crecimiento económico mundial al 2,7% desde el 2,9% anterior. Sin duda, este sería un mal escenario para los resultados empresariales. Desde Julius Baer recuerdan que el consenso de mercado ha recortado en los últimos tres meses sus previsiones de crecimiento de los beneficios para las compañías del S&P 500 un 7%, para situar la tasa en el 2,3%. Sin el sector petrolero, las ganancias se reducirían en un 3,9% en el tercer trimestre respecto al mismo trimestre de 2021.
Dominio del rojo. En definitiva, los inversores entienden que, quizá, los números y previsiones que se den en la campaña de resultados están de alguna manera ya recogidos en los índices.
De hecho, algunos índices llegaron a acercarse peligrosamente, e incluso a perforar, los últimos mínimos del año. En esta tesitura estuvo el Ibex, que terminó con una caída del 0,78%, al cerrar en los 7.355 puntos, pero que llegó a marcar los 7.315 puntos, sólo cinco por encima de su suelo de 2022 marcado en septiembre.
También el S&P 500, que a poco de iniciar las negociaciones marcó un mínimo intradía desde noviembre de 2020 en los 3.568 puntos, con un descenso del 1,22%.
En el resto de Europa, el Dax alemán cedió el 0,43%, mientras que el Cac francés restó el 0,13% y el Ftse MIB italiano, el 0,87%. El Ftse británico bajó el 1,06%.
En Wall Street, la volatilidad fue la nota dominante. La recta final de la sesión estuvo marcada por unas declaraciones del gobernador del Banco de Inglaterra, Andrew Bailey, en la que recordó que el programa de compra de bonos estará vigente hasta el viernes. Las declaraciones, realizadas en la reunión anual del Instituto de Finanzas Internacionales (IFF) en Washinton. Con el mercado de bonos británico ya cerrado, las declaraciones se dejaron sentir en EEUU: el S&P 500 pasó de ganar el 0,4% a perder el 1,2%. Al final, bajó el 0,65%. El Nasdaq perdió el 1,1% y solo el Dow Jones subió: el 0,12%. Las tecnológicas, sin embargo, pesaban en el Nasdaq, que cedía el 0,16%, hasta 10.524 puntos. Al menos, logró remontar desde una caída del 1,78% con la que inició la sesión. Meta recortó el 3,92% y se situó entre los peores.
Otros protagonistas. Las tecnológicas también sufrieron en Europa. La posibilidad de más alzas de tipos reduce la valoración de sus ingresos futuros. El sector se dejó el 1,95%, con los semiconductores como grandes lastres: ASML restó el 4,1% y BE Semiconductor Industries, el 5,42%.
Tampoco hubo interés por energéticas y eléctricas. Entre las primeras, caídas de las petroleras por el descenso del precio del crudo (ver información adjunta), como Repsol, que se dejó el 2,21%.
Pocos valores cerraron en verde en el Ibex. Entre ellos, algunos de los grandes castigados este año, como Grifols, que sumó el 0,73%, o IAG, que despuntó el 1,34%.