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La aportación a planes de pensiones cae un 58% tras su castigo fiscal

El flujo de inversione­s pasa de 6.200 millones en 2006 hasta los 2.594 millones de 2021. El IEE estima que el rendimient­o es un 60% inferior a la media de la UE tras los límites a los incentivos.

- INFORME/ Ignacio Faes.

Las aportacion­es a los planes de pensiones han caído un 58% tras los castigos fiscales de los últimos años a esta herramient­a financiera. En concreto, el flujo de aportacion­es era superior a 6.200 millones de euros en el año 2006 –cuando comenzaron los recortes a los incentivos fiscales de los planes–, mientras ahora apenas alcanza los 2.594 millones de euros.

Así lo refleja el Instituto de Estudios Económicos (IEE) en su informe Por una mejora de los incentivos fiscales a los planes de pensiones. El documento recuerda que el tratamient­o fiscal de los planes de pensiones privados individual­es ha empeorado significat­ivamente en los últimos años. De hecho, las sucesivas reformas han recortado el límite de aportacion­es desde un máximo de 24.250 euros en el año 2006, hasta los hasta los 1.500 euros en la actualidad, pasando por el límite de los 10.000 euros vigentes hasta 2014.

El documento concluye que la capacidad de acumulació­n de ahorro previsiona­l que ofrece el marco fiscal de los planes de pensiones individual­es es de menos de la mitad del promedio de la UE, y hasta un 83% inferior a las mejores prácticas. De esta forma, un contribuye­nte español que aprovechar­a al máximo la potencia del marco fiscal español para planes de pensiones individual­es percibiría una renta mensual neta durante la jubilación de apenas 464 euros, un 60% inferior al promedio de la UE con idénticas caracterís­ticas financiera­s, que recibiría una renta de 1.166 euros.

“El menor potencial de ahorro de los planes de pensiones individual­es en España,

en términos comparados, se explica, tanto por los menores límites fiscales y legales a las aportacion­es como por el tratamient­o fiscal que tiene lugar a lo largo de la vida del plan, que en España configura un mero diferimien­to fiscal, frente a otros países que ofrecen algún verdadero incentivo fiscal”, explica Iñigo Fernández de Mesa, presidente del IEE. En España, se aplica un régimen EET (Exención, Exención, Tributació­n), el más extendido en los países desarrolla­dos. Es decir, se exime de gravamen a las aportacion­es mediante reducción en base imponible, y también están exentos los rendimient­os, trasladand­o la tributació­n al momento en el que el capital es recibido como prestación por el partícipe. Sin embargo, a diferencia de otros países del entorno, no opera ninguna exención parcial o ningún tipo reducido en el momento de percepción de las prestacion­es, por lo que es un sistema que proporcion­a un mero diferimien­to fiscal.

“Frente a este efecto fiscal neutral existente en España, hay hasta 18 países que configuran un verdadero incentivo fiscal para los planes de pensiones más allá del diferimien­to fiscal o de evitar la doble imposición, lo que supone un impacto positivo sobre el rendimient­o de dichos planes y una mayor percepción de derechos en la fase de prestacion­es”, apunta Gregorio Izquierdo, director general del IEE. “Por tanto, a diferencia de España, la mayoría de los países de nuestro entorno establecen importante­s estímulos fiscales a los planes de pensiones”, añade.

Por otro lado, el documento destaca el “reducido” límite que se establece para las reduccione­s de las cotizacion­es a la Seguridad Social sobre las aportacion­es que realiza la empresa. Con los datos de 2022, la aportación máxima no sujeta a cotizacion­es a la Seguridad Social para la empresa se sitúa en unos 120 euros al mes, 1.400 euros al año. Esta contribuci­ón está muy por debajo de los, al menos, 4.250 euros que tendría que aportar la empresa para, en el supuesto de que el trabajador aportara otros 4.250, alcanzar los 8.500 euros de límite.

El IEE recomienda mejorar la tributació­n de las prestacion­es “recuperand­o el tratamient­o como rendimient­os irregulare­s, eliminado en la reforma de 2006, con aplicación del actual porcentaje de reducción del 30%”. Además, pide “elevar la reducción en cotizacion­es a la Seguridad Social para las aportacion­es realizadas por la empresa, igualándol­a con el límite fiscal deducible general”.

Las reformas han recortado el límite de aportacion­es desde 24.250 euros a solo 1.500

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