La larga mano de Sánchez Llibre en la CEOE
Virginia Guinda, vicepresidenta de la patronal catalana Fomento del Trabajo es la última apuesta del presidente de esta organización, Josep Sánchez Llibre, por demostrar al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, que hay un sector crítico a su gestión dentro de la organización. No se trata tanto de impedir la victoria del empresario vasco, como de hacerle notar que su reelección, el próximo día 23, no va a ser un paseo militar. Al menos, a priori.
Es verdad que Guinda confía en la victoria, pero, en principio tiene un panorama complicado. Salvo Fomento del Trabajo, todas las grandes organizaciones territoriales y sectoriales han mostrado su apoyo a Garamendi en las elecciones del próximo día 23 de noviembre. Claro que en la alcancía de los votos secretos puede haber un número reseñable de empresarios que opte por Guinda o la abstención, como forma de protesta ante la gestión de Garamendi. Él mismo sufrió algo parecido en 2014 cuando la patronal madrileña CEIM le traicionó y votó a su rival Juan Rosell, que renovó su segundo mandato al frente de la CEOE.
Precisamente, Garamendi sabe que, dentro de la patronal madrileña, algunos pueden votar en contra o abstenerse. CEIM se ha mostrado muy crítica con la labor del presidente de la CEOE. De tendencia muy liberal, y siempre próxima al Ejecutivo de la comunidad autónoma, nunca vio con buenos ojos los pactos firmados con el Gobierno. Sobre todo, el de la reforma laboral, en el que la patronal madrileña consideró que la CEOE firmó un acuerdo sin haber conseguido suficientes contraprestaciones del Ejecutivo.
También hay un fuerte sector crítico dentro de Cepyme, la patronal de la pequeña y mediana empresa. Empezando por su presidente, Gerardo Cuerva, que ha tenido negar entre pares y nones que no se presentaba a las elecciones de la CEOE. Por la misma razón que Miguel Garrido, presidente de CEIM, Cuerva nunca estuvo muy de acuerdo con algunos de los pactos firmados con el Gobierno, aunque también hay que decir que Cepyme sí está en las mesas de negociación del diálogo social. Incluso, el empresario granadino reunió urgentemente a sus vicepresidentes para rechazar las declaraciones que hizo Garamendi en su día en apoyo del indulto a los golpistas del independentismo catalán. La crisis se saldó con una ovación de apoyo al presidente de la CEOE en una junta directiva. Ovación que hizo soltar alguna lágrima a Garamendi.
En todo caso, Sánchez Llibre no ceja en su empeño de espontanear lo que piensa del presidente a través de los diversos candidatos que presenta para competir con él. Hace una semana Fomento del Trabajo negó oficialmente a este periódico que estuviese buscando un candidato para competir con Garamendi. Días más tarde dice lo contrario.
El choque entre ambos empresarios es total, hasta el punto de que Sánchez Llibre va diciendo en la CEOE que Garamendi lo quiere echar de una de las vicepresidencias. Fomento siempre ha tenido un puesto privilegiado en la cúpula de la patronal, porque es una de las organizaciones fundadoras y representa uno de los colectivos empresariales más importantes de España. Así es que Sánchez Llibre tiene muy difícil la victoria, pero, a través de Virginia Guinda, quiere intentar demostrar al empresario vasco que tiene un sector crítico que le va a estar vigilando en su segundo mandato. Y que, por supuesto, va a rechazar cualquier intento de cambiar los estatutos de la organización para conseguir un tercer mandato.
No es nueva la consigna de Guinda que busca democratizar la organización y que el debate interno sea de abajo arriba, en el que puedan opinar todos los empresarios. Es un lema que unas veces a sotto voce, y otras, en campaña, ha recorrido la CEOE desde que la presidió José María Cuevas, entre 1984 y 2007.
Sánchez Llibre intenta demostrar a Garamendi que tiene oposición dentro de la CEOE para amargarle el segundo mandato